*** Más de 20 especies de corales rocosos son amenazadas por el ‘síndrome blanco’, mientras científicos intervienen con antibióticos
[su_pullquote]Por: Josué Quintana Gómez[/su_pullquote]
[su_heading]Tela, Honduras[/su_heading]
En la isla de Roatán ya hay reportes de la nueva enfermedad de pérdida de tejido del coral duro (SCTLD siglas en inglés) en al menos “la mitad” de la Isla, mientras en que la bahía de Tela los arrecifes siguen sanos, pero sin peces debido al aprovechamiento sin controles, lamentan científicos hondureños.
El aumento de las temperaturas en el mar Caribe sería una variable que agudiza la inestabilidad para estos ecosistemas marinos, señalan informes técnicos.
Al menos en “la mitad” de la barrera coralina de Roatán ya se reportaron colonias coralinas con impactos de la SCTLD y varias de estas están intervenidas, dijo la bióloga de Roatán Marine Park, Gabriela Ochoa.
Periódicamente los científicos monitorean los corales infectados y les hacen aplicaciones de antibióticos, esto es parte del proceso de contención en la isla de Roatán.
“Se ha visto que las colonias tratadas están respondiendo al tratamiento efectivamente. Es importante recalcar que no se sabe qué causa la enfermedad, se cree que tiene un componente bacteriano, pero se necesitan más estudios”, expresó.
Por su parte, Antal Borcsok, director del Centro de Investigación Marina de Tela, dijo que los corales de aguas someras en territorio continental hondureño siguen libres de la nueva enfermedad.
“Roatán podría perder el 50 o 70 por ciento de su coral en los próximos 16 meses. Posiblemente la actividad humana esté transportando a la enfermedad, una posibilidad es el agua de lastre que sirve para aumentar o reducir los calados. Se cree que en Tela no entrará esta nueva enfermedad, no hay una garantía, pero al menos con el agua de lastre estamos a salvo”, dijo.
Para Marvin Álvarez, un pescador de línea residente en Tela, el mayor problema es la sobrepesca con redes, jaulas y arpones. Estas malas prácticas “tienen sin recursos a casi toda la bahía”.
“Ya no hay recurso pesquero porque todo ha sido destruido, quedan pocos peces en las lagunas costeras y en la bahía. Cada vez hay que ir más lejos para poder pescar peces de tamaño comercial”, dijo.
De acuerdo a la organización Coral Reef Alliance (CORAL), la derrama económica que aporta la pesca en Tela es de unos 30 millones de lempiras, pese a que sus estudios reflejan que hay poca biomasa (cantidad y tamaño) de peces.
Por su parte Carlos Zavala, otro pescador con cordel, relató que desde hace algunos años los arrecifes de Tela “están saqueados” por pescadores que tiran redes de arrastre.
“Barren con todo y las autoridades no hacen algo por parar esta situación. Los inspectores de pesca no salen de sus oficinas y en Tela todo mundo lo sabe”, acusó.
Veda para el futuro:
Desde el 01 de mayo al 30 de junio la pesca con redes está prohibida en los sistemas lagunares de Tela, específicamente en Los Micos, Laguna Negra, Laguna de Hicaque y El Diamante. La pesca de con línea para la subsistencia si está permitida de acuerdo a un comunicado de DIGEPESCA.
El escrito de DIGEPESCA añade que el recurso pesquero de Tela se encuentra “en estado crítico” y para que las especies puedan reproducirse hay veda por dos meses, aprobada bajo el Acuerdo Ministerial 397-2000.
Para moradores de la comunidad Miami, contiguo al sistema lagunar Mico Quemado, medidas como “la veda no ha tenido resultados por múltiples razones”.
“Son dos meses en los que no se pueden tirar redes, eso es para que los peces puedan desovar y eso garantizaría nuestro alimento para el futuro. Muchos compañeros (pescadores) no entienden eso, la laguna es muy grande y no hay suficientes soldados (elementos navales) para patrullarla. Los inspectores de DIGEPESCA aquí ni se asoman y no confiamos en ellos”, dijo un pescador y lugareño que pidió omitir su nombre.
“La veda es muy corta, a inicios de julio cuando ya ha pasado en una sola semana todas las comunidades sacamos todo lo que pudo haberse reproducido, hay redes a toda hora cuando solo se permiten por la noche. DIGEPESCA sabe de todas estas situaciones y no las evitan. Ellos están en esos puestos solo para ganar su salario y no protegen absolutamente nada”, añadió.
En las comunidades de San Juan, Tornabé, Miami, Los Cerritos, Puerto Arturo, Los Patos, El Marión, Agua Chiquita, Barra Vieja, Las Tuzas, Quebrada de Arena y Los Patos, el recurso pesquero es vital para su subsistencia y comercio.
El plato típico de pescado frito tiene un valor promedio de 200 lempiras en varias de estas aldeas costeras, todas dentro del Parque Nacional Jeannette Kawas, santuario que apenas es resguardado por unos ocho elementos navales y cuatro nuevos guardaparques del Instituto de Conservación Forestal (ICF).
“La situación es tan complicada que los turistas vienen y a veces no hay pescado grande para poder venderles. Eso ocurre porque tenemos la mala costumbre de agarrar a los pequeños y no los dejamos crecer o reproducirse. Tenemos que cambiar la forma de pescar y las autoridades deben hacer su trabajo”, concluyó en el anonimato el pescador, mientras limpiaba su canoa.
HONDUDIARIO acudió en reiteradas ocasiones a la oficina de la DIGEPESCA en Tela y estaban cerradas en horarios y días hábiles.
Pesca ilegal a la vista de todos:
Esta semana, la bióloga Sobeida Núñez, directora técnica de la organización Amigos de los Arrecifes de Tela (AMATELA), informó sobre la destrucción algunas artes de pesca prohibidas en la bahía de Tela.
“Los arpones están prohibidos en el Refugio Marino Bahía de Tela, somos un área protegida marina y pedimos a los pescadores no usar estas artes y tampoco las nasas (jaulas de pesca). Estos arpones fueron decomisados por la Fuerza Naval y fueron incinerados”, declaró.
Pese que las prohibiciones y esfuerzos de las organizaciones de sociedad civil en Tela, varios pescadores semanalmente lanzan nasas en perjuicio de los arrecifes, se constató.
Otros pescadores con arpón atrapan peces y cargan sus arpones al hombro en playas céntricas de Tela, donde no hay vigilancia de la DIGEPESCA.
El reporte de la Salud del Arrecife Mesoamericano que ejecuta la Iniciativa Arrecifes Saludables (HRI, siglas en inglés) refleja que el principal problema de Honduras era la poca cantidad de peces en sus arrecifes.
Además, el estudio advierte a México, Belice, Guatemala y Honduras, que los impactos de la SCTLD podrían tener un impacto “devastador”. Fotos: Tela Marine y Roatán Marine Park