***Daniel Ortega se enfrenta a cinco candidatos desconocidos y señalados de colaborar con el gobierno, tras el arresto de siete aspirantes presidenciales y la anulación de tres partidos opositores en una ofensiva que desde mayo encarceló a 39 políticos, empresarios, campesinos, estudiantes y periodista.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
Nicaragua celebrará el próximo domingo unas elecciones en las que el presidente Daniel Ortega, con sus rivales presos, se apresta a confirmar su cuarto mandato consecutivo tras 14 años en el poder, bajo el riesgo de que parte de la comunidad internacional no lo reconozca.
Tres años y medio después de las protestas que exigían su renuncia y cuya represión dejó más de 300 muertos, Ortega, que cumple 76 años en una semana, tiene seguro otro gobierno de cinco años con su esposa Rosario Murillo (70), a quien llama “copresidenta”, a la cabeza del exguerrilero Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN, izquierda).
En las calles nadie lo duda. Ortega se enfrenta a cinco candidatos desconocidos y señalados de colaborar con el gobierno, tras el arresto de siete aspirantes presidenciales y la anulación de tres partidos opositores en una ofensiva que desde mayo encarceló a 39 políticos, empresarios, campesinos, estudiantes y periodistas.
La arremetida desató el temor a este empobrecido país centroamericano de 6,5 millones de habitantes. “No hay por quién votar. Daniel tiene esto en la bolsa”, dijo una mujer de 46 años en su casa en Masaya, 35 km al sur de Managua. Pidió anonimato: “No se puede hablar, vas preso”, afirmó.
Unos 4,3 millones de nicaragüenses están llamados a votar -también para elegir 90 diputados-, y según un sondeo de Cid-Gallup el 65 por ciento habría votado por un opositor y un 19 por ciento por Ortega, aunque la encuestadora progobierno M&R afirma que un 70,7 por ciento votará por el FSLN y un 11,2 por ciento por los candidatos desconocidos.
De los aspirantes de la oposición, la favorita según los sondeos era Cristiana Chamorro, hija de la expresidenta Violeta Barrios (1990-1997) y bajo arresto domiciliario.
Los detenidos están acusados de atentar contra la soberanía y promover sanciones contra Nicaragua, “traición a la patria” o “lavado de dinero”, en virtud de leyes aprobadas en 2020 por el Congreso, bajo control oficialista, al igual que el poder judicial y electoral.
Más de 100.000 nicaragüenses se exiliaron, sobre todo en Estados Unidos y Costa Rica, en medio de la crisis política. Para Ortega, los más de 150 opositores detenidos desde 2018 no son políticos, sino “criminales” y “golpistas” patrocinados por Washington.elcomercio/hondudiario