***La presidenta de Honduras habló en el 77.° Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras[/su_heading]
La mandataria consideró un «hecho histórico» haberse transformado en la primera mujer en la historia en dirigir el país, «después de transitar 13 años de dictadura».
La líder del Partido Libertad y Refundación (Libre) recordó que su país tuvo que soportar el golpe de Estado de 2009, los fraudes electorales de 2013 y 2017, una pandemia y dos huracanes.
Para la presidenta, «es imposible entender a las hondureñas y hondureños y las grandes caravanas de migrantes sin reconocer este contexto de cruel sufrimiento». No obstante, consideró que la democracia electoral no es suficiente para obtener el bienestar material y espiritual del pueblo hondureño, ya que 5 de cada 10 de sus compatriotas «viven en la pobreza extrema».
«Para que nuestro país sobreviva, debemos rechazar esa presunta austeridad que premia a los que concentran la riqueza en pocas manos, y aumenta la desigualdad de forma exponencial», analizó.
Y manifestó que su nación «nunca más» cargará con «el estereotipo de República Bananera».
Para la mandataria, las políticas publicas, avaladas por el «modelo rentista», nos arrastraron a un mundo «cargado de violencia y pobreza con proyectos fallidos, abandonados, corrupción, saqueo y narcotráfico».
Además, dijo que las grandes potencias han provocado enorme daño a países pobres con las guerras y el intervencionismo. «Queremos vivir en paz, no sigan tratando de desestabilizar Honduras o escoger con quiénes debemos relacionarnos», añadió.
La jefa de Estado llegó el pasado fin de semana a EE.UU. acompañada de su secretario privado, Héctor Manuel Zelaya; el canciller, Eduardo Enrique Reina; la secretaria de Agricultura y Ganadería, Laura Suazo, y el titular de Educación, Daniel Sponda. RT/Hondudiario