viernes, abril 4, 2025
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“Falta de atención, superficialidad y apego a las riquezas” no dejan buscar la salvación

Tegucigalpa, Honduras

*** El monseñor insistió en que este es un “enorme misterio de vida que hoy nos lanza Jesús como un desafío a nuestras seguridades”.

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El monseñor José Vicente Nácher reflexiono en la homilía para este domingo sobre los tres riesgos que corren los seres humanos y no dejan buscar la salvación, porque son pensamientos paralizantes que manipulan nuestra mente.

“No dejemos que los tres riesgos que explica Jesús en la parábola del sembrador nos dejen estériles: falta de atención, superficialidad, apego a las riquezas. Los tres son pensamientos paralizantes que nos dicen: “no hay salvación”, apuntó el monseñor de Tegucigalpa.

El evangelio correspondiente a la misa, se enfocó en la parábola del sembrador que predicó Jesús, donde dijo que la “semilla sembrada en tierra buena, representa a quienes oyen la palabra, la entienden y dan fruto: unos, el ciento por uno; otros, el sesenta; y otros, el treinta”.

En ese sentido, el guía espiritual explicó que “cuando la semilla de la verdad y la tierra fértil de la libertad se encuentran, dan frutos de eternidad. Jesús, es la semilla de vida enviada por la libertad del Padre, que espera ser acogida por la libertad de los hijos. No tener miedo a la libertad significa no tener miedo a morir para sí y dejar vivir a Dios en nosotros, y así, unida la semilla y la tierra por la lluvia del Espíritu, vivir con los otros y para los otros, mostrando nuestro vivir con Dios y para Él”.

El monseñor insistió en que este es un “enorme misterio de vida que hoy nos lanza Jesús como un desafío a nuestras seguridades. En otras palabras, el fruto de vida auténtica proviene de la Sencillez -transparencia de la verdad de Dios- que es acogida por el “Humus fértil de la libertad humana”.

La prédica finalizó exhortando a los feligreses diciéndoles que “podemos decir que la tierra buena no es la más fértil por sí, sino la más cuidada. Cuidémonos en la verdad. Como decíamos, las semillas tienen un centro de vida -que tiene que morir-, tienen una protección externa -que hay que romper- y les acompaña una masa nutritiva -que sostiene la semilla hasta que tenga sus propias raíces”. PC/Hondudiario

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