*** Honduras es un país eminente agrícola y ganadero, nuestro país no está viendo el escenario para el diálogo sobre la cuestión ambiental en el desarrollo y protección de la agricultura tradicional.
[su_heading]Tegucigalpa, Honduras [/su_heading]
Mario Renan Funes Caballero MSc. Cambio Climático
En los últimos treinta años, la agricultura hondureña se ha detenido en el tiempo, los cultivos de Maíz, Maicillo y Frijol, no alcanzan los buenos rendimientos, el productor sigue quemando, sembrando cinco granos por postura, la fertilización se hace al voleo, tierras completamente estériles, por el uso inadecuado de fertilizantes sintéticos y plaguicidas.
Falta de planificación al calentamiento global, de almacenaje, uso de suelo y manejo de agua, para pequeños productores, que son el 75%, agricultores de subsistencia, y depende de las aguas lluvia, para sus siembras, no hay financiamiento, y siguen viviendo en una extremada pobreza, con una alta desnutrición, sin mejoramiento en sus condiciones de vivienda, sin tratamiento de agua y haciendo sus necesidades fisiológicas al aire libre.
Población rural con un 71.2% en condiciones de pobreza y la mitad con 53.7% en extrema pobreza. Los gobiernos no toman en serio la agricultura tradicional Estos son desafíos del siglo XXI.
Se nombran personas en agricultura y ganadería, por ser grandes productores, que solo piensan en la exportación, y hablan de las grandes inversiones de productores privados, con capacidad de financiamiento y modernísimas instalaciones. Olvidando la implementación de la política de desarrollo rural integrado, un plan para el fortalecimiento de la economía rural y una organización técnica administrativa de proyectos integrales, que busquen las potenciales de los pequeños productores.
Honduras necesita producir alimentos, desafíos del siglo XXI, y deben haber personas, comprometidas con la Agricultura, para que estos productores salgan del subdesarrollo, económico, social y de educación, y encuentren un respiro en sus vidas, verdaderos programas de desarrollo integral de agricultura, donde no intervenga el político de turno, poniendo activistas de un determinado partido, y personas que verdaderamente conozcan del tema de agricultura, y estén conscientes de su profesión de las ciencias agrícolas.
No hay avances en investigación científica y transferencia de tecnología agrícola, un ejemplo es el maíz de la variedad Guayape, fue liberada en el año ochenta y hasta estos días se sigue sembrando, no hay homogeneidad en su población, rendimientos bajos y susceptibilidad a plagas y enfermedades.
Honduras es un país eminente agrícola y ganadero, nuestro país no está viendo el escenario para el diálogo sobre la cuestión ambiental en el desarrollo y protección de la agricultura tradicional, no existen lineamiento ambientalistas para ser usado por planificadores del desarrollo agrícola y trabajadores del campo.
No hay interés en la planificación y ejecución de proyectos agrícolas de pequeña escala, para aprender más sobre aspectos ambientales y su relación con proyectos agrícolas de pequeña escala, no hay un enfoque a estos proyectos agrícolas, por pequeños que sean, desde una perspectiva ambientalista consciente, no hay una verdadera integración a factores ambiental a la planificación de actividades.
Todo se improvisa, en el estado de Honduras debería establecer una meta fundamental es producir alimentos para una población en crecimiento. El énfasis se suele hacer aumentando y mejorando la producción mediante el desarrollo de nuevas áreas, nuevos métodos equipos mejorados. Se habla de la canasta básica, sus precios, pero no se habla del aumento de la producción alimentaria, sin embargo, solo se habla del precio.
La mayoría del país, son pequeños agricultores dedicados básicamente a la producción de maíz, maicillo y frijoles. Mientras las tierras fértiles de la planicie están destinadas a los cultivos de exportación, los campesinos se ven obligados a producir en zonas marginales, caracterizadas por terrenos muy inclinados y pobres.
Gran parte de ellos ni siquiera son dueños de una pequeña parcela agrícola. Algo más son azotados por extremadas sequias, porque no habido verdadera decisión política a los problemas ambientales que se presentan hoy, no son el producto de catástrofes naturales.
Son más bien, consecuencia de una actitud humana de continua tendencia depredadora del ecosistema. Más concretamente, el problema se agudiza por una alarmante erosión de los suelos, es lo que origina la drástica baja en la producción de alimentos básicos y, ende el empeoramiento de las condiciones de vida de las familias campesinas, tienen que emigrar a las ciudades o irse mojados, huyendo del hambre y de las dificultades por hacer producir una tierra dolorida y seca.
No improvisen, no sigan haciendo más de lo mismo, analicen cual es la situación de la agricultura, la población del país aumenta cada día más, no hay suficiente tierra, los bosques se están terminando, no hay suficiente madera, no se encuentra leña, ya no hay frescura, ni hay suficiente agua y nuestros hijos que.
A través de toda la historia hemos sido engañados, de manera que muchas veces no creemos en un futuro mejor. Entonces nos volvemos fatalista y nos conformamos con la miseria. Perdemos la fe en nuestras propias fuerzas y creemos que no podemos encontrar soluciones a nuestros problemas.
El agricultor no vive pobre porque quiere, sino porque muchas veces no se le brindan las posibilidades de superación, no se le colabora, no se le orienta. Es tiempo despertar, es tiempo de pensar en un futuro mejor. Debemos de tomar en cuenta aquellas personas que el cálido sol y con el sudor en su frente han venido cambiando su destino.
Que falta en la agricultura tradicional, desafíos para el siglo XXI, soluciones a cosecha de lluvias, una planificación estatal sustentable, un instituto de investigación agrícola y transferencia de tecnología fortalecido, financiamiento agrícola al día, la caída de la rentabilidad de la mayor parte de los productos agrícolas, sobre endeudamiento de los productores agrícolas, producción, almacenaje y comercialización con precios justos, fenómenos climáticos, la débil capacidad y ajuste de los precios de los agroquímicos y asistencia técnica por sectores según el plan de País y visión de Nación, formar verdaderos cuadros de profesionales de las ciencias agrícolas que brinden transferencia, comprometidos por el desarrollo de la agricultura tradicional, porque cada día hay más pobreza en sector agrícola, hay más miseria y enfermedad, también la moral se erosiona, hay más egoísmo y más delincuencia, que futuro espera a estos agricultores de tierra adentro.