*** Los creyentes católicos adquieren estos arreglos, cuyo precio varía entre 10 y 20 lempiras, para ser bendecidos en la misa conmemorativa del Domingo de Ramos, durante la cual se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén.
Campesinos hondureños comenzaron a llegar este viernes a los templos católicos de las principales ciudades de Honduras, cargando mazos de palma y figuras como cruces para vender en la víspera del Domingo de Ramos, que marca el inicio de la Semana Santa.
Según constató EFE, el atrio de la Catedral metropolitana, en Tegucigalpa, concentra a la mayoría de los campesinos, entre mujeres, hombres y niños provenientes de comunidades cercanas como Reitoca, Alubarén, Curarén y Sabanagrande, entre otras.
Concentrada en su tarea de entrelazar las palmas para elaborar ramos y cruces, María Aguilar, una campesina del municipio de Sabanagrande, al sur del departamento de Francisco Morazán, dijo a EFE que lleva 15 años vendiendo sus ramos y cruces que elabora de una palma conocida como “coyol”.
La llegada de labriegos, de los que algunos viajan con otros miembros de su familia o amigos, es “una tradición” en el país centroamericano, comentó Aguilar, de 65 años y madre de diez hijos.
“Espero lo mejor, que la gente y el pueblo católico nos cooperen” comprando los ramos, subrayó la mujer frente a la entrada de la Catedral, rodeada de una veintena de campesinos que también pernoctarán desde hoy en Tegucigalpa y regresarán a sus comunidades después de la misa del Domingo de Ramos.
Los creyentes católicos adquieren estos arreglos, cuyo precio varía entre 10 y 20 lempiras (entre 39 y 78 centavos de dólar), para ser bendecidos en la misa conmemorativa del Domingo de Ramos, durante la cual se recuerda la entrada de Jesús a Jerusalén.
Laura Flores, otra vendedora de Sabanagrande, indicó a EFE que desde pequeña viene a la Catedral a vender ramos, así como coyoles y ciruelas.
“La situación (del país) está tremenda y por eso venimos a vender, porque somos de bajos recursos económicos, y la necesidad nos hace que vengamos con nuestros niños”, expresó Flores, madre de cuatro hijos.
A pesar de las dificultades, tiene “la fe” de que venderá todo su producto.
Al igual que Aguilar y Flores, decenas de campesinos traen consigo alimentos, agua y sábanas para abastecerse durante su estancia, que puede durar hasta tres días.
La celebración de la Semana Santa en Honduras también incluye la confección de hermosas alfombras de serrín con motivos cristianos, que adornan las principales calles por donde pasan las procesiones del Domingo de Ramos, así como las del jueves y viernes santos.
Según estimaciones de las autoridades de Turismo, alrededor de dos millones de personas se desplazarán por Honduras durante el descanso de la Semana Santa, que para el sector privado comenzará el jueves.
Los turistas suelen concentrarse en las playas, especialmente en el Caribe, donde el país cuenta con más de 700 kilómetros de costa. EFE