*** Casi el 90 por ciento de las comunidades encuestadas afirman que el cambio climático supone una grave amenaza para sus poblaciones.
La sequía y la escasez de alimentos exacerban los conflictos locales y las migraciones, según un estudio que señala que cuanto mayor es el impacto del cambio climático en la seguridad alimentaria, mayor es el riesgo de sufrir conflictos, e identifica problemas en doce países como Afganistán, Somalia, Siria o los del Corredor Seco centroamericano.
El estudio ‘Triple amenaza: El cambio climático, los conflictos y el hambre ponen en peligro la vida de la infancia’ (Triple Threat: Climate change, conflict, and hunger endangering children’s lives”) de la ong internacional World Vision incide en que los más afectados en la conjunción de las crisis intensificadas por el cambio climático son los niños.
Según la investigación, el cambio climático está agravando el déficit de alimentos e intensificando los conflictos y las migraciones en algunas de las regiones más frágiles del planeta, e identifica países como El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, en el conocido como Corredor Seco en Centroamérica.
También el norte de Siria, Anbar (Irak), Ghor (Afganistán), Puttalam (Sri Lanka), Bougainville (región autónoma de Papúa Nueva Guinea), Galmudug (Somalia), Haut Katanga and Lualaba (República Democrática del Congo) y Centre Est (Burkina Faso).
Inseguridad alimentaria, aumento de conflictos y migraciones
Casi el 90 por ciento de las comunidades encuestadas afirman que el cambio climático supone una “grave amenaza” para sus poblaciones, aseguran, y más del 80 por ciento relacionan directamente las perturbaciones climáticas con el aumento de la inseguridad alimentaria.
Según el documento, resulta “especialmente alarmante” que las comunidades de Afganistán y Siria informen de “experiencias casi universales de sequía y escasez de agua que exacerban los conflictos locales”, y sostienen que “cuanto mayor es el impacto del clima en la inseguridad alimentaria de una familia, mayor es su riesgo de sufrir conflictos”.
“Más del 60 por ciento de las personas” afirman que las perturbaciones climáticas están creando más conflictos en sus comunidades, en el caso de Siria y Afganistán, “la cifra supera el 90 por ciento”.
Subrayan que las personas que afirmaron que los fenómenos climáticos les dificultan el acceso al agua o a los alimentos tenían un 27 por ciento más de probabilidades de haber sido testigos de conflictos, y las que habían visto cómo se reducían los pastos, un 32 por ciento más.
Asimismo, casi el 60 por ciento de los encuestados indicaron que el cambio climático está desplazando a personas desde o hacia sus comunidades, lo que demuestra cómo las presiones medioambientales están impulsando la migración y alimentando las potenciales tensiones locales.
De los 25 países considerados “más vulnerables al cambio climático” y con menos recursos para adaptarse a sus efectos, 15 están afectados por conflictos, asegura World Vision.
La subida del nivel del mar, la desertificación o fenómenos meteorológicos extremos, obligan a poblaciones más afectadas a migrar, “a menudo a regiones que ya carecen de recursos”, sostienen.
Señalan que el estrés climático produce “una creciente preocupación” por la situación en el África subsahariana, el sur de Asia Meridional y el Pacífico y América Latina, donde se prevé que millones de personas puedan verse obligadas a abandonar sus hogares de aquí a 2050.
El desgaste del suelo e inundaciones en Afganistán
El documento pone el ejemplo de las regiones afganas de Ghor y Faryab, donde un seco invierno endureció y resecó el suelo que fue incapaz de absorber el agua de las lluvias que provocaron inundaciones.
Las “repentinas” inundaciones se agravaron aún más después de que unas “temperaturas inusualmente cálidas” también provocaron “un mayor deshielo en las montañas”, lo que provocó el desbordamiento de ríos y la destrucción de pueblos, señala uno de los encuestados en Afganistán, donde se produjeron más de 130 personas y el destrozo de miles de hogares y empresas.
Las sequías y los impactos de los huracanes en Honduras
Otro caso es el de Honduras, donde se prevé que las condiciones meteorológicas extremas agravarán la escasez de agua, la inseguridad alimentaria y la violencia por la tierra en las zonas rurales, un país donde una de cada cuatro personas trabaja en el sector agrícola y que ha tenido el impacto de varias sequías y huracanes que “diezmaron los cultivos y los medios de subsistencia”.
Estas condiciones han obligado a familias campesinas a migrar a través de las fronteras o a zonas urbanas empobrecidas del país, que están controladas por las bandas juveniles de delincuencia, y donde muchos jóvenes se ven abocados a enrolarse.
La llegada de migrantes “puede socavar la cohesión social, ya que las poblaciones de acogida se enfrentan a la presión de los recursos y a la pobreza y los niños corren el riesgo de ser reclutados por las bandas”, lo que genera “numerosos conflictos y no hay estabilidad ni seguridad”, según un experto en seguridad del Corredor Seco.
El calentamiento del clima provoca “condiciones demasiado difíciles para sobrevivir” en las zonas rurales de Somalia, por ejemplo, dicen, y la gente “arriesga su vida para viajar a Europa en barco por el Mediterráneo con la ayuda de contrabandistas de personas”.
El estudio hace una serie de recomendaciones, entre ellas, priorizar las prácticas sostenibles, incrementar la adaptación climática o promover las soluciones basadas en la naturaleza. EFE