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El Distrito Artístico 798 de Pekín, vitrina del arte contemporáneo chino al mundo

*** Con su densa red de espacios culturales, el Distrito Artístico 798 no solo preserva la memoria industrial de Pekín, sino que se proyecta como un laboratorio vivo de nuevas narrativas visuales.

El Distrito Artístico 798, es el epicentro del arte contemporáneo en la capital china, y sigue evolucionando como uno de los enclaves más relevantes del país para la cultura visual, con exposiciones ambiciosas, espacios de experimentación joven y un diálogo constante entre tradición y vanguardia estética.

Ubicado en el área de Dashanzi, en el distrito de Chaoyang, el 798 se alza sobre los restos de una antigua fábrica construida en los años 1950, parte del proyecto industrial 718 llevado a cabo con ayuda de la extinta Alemania del Este. Su arquitectura, marcada por líneas del estilo Bauhaus y techos altos, ha sido conservada en buena parte, lo que contribuye a su distintivo carácter visual.

Desde los años 90, cuando las instalaciones industriales quedaron en desuso, artistas independientes comenzaron a ocupar estos espacios por su bajo coste y su ambiente único. Con el tiempo, el Gobierno chino reconoció su valor cultural y lo institucionalizó como distrito artístico oficial. Hoy, bajo la dirección de una empresa pública, el área alberga más de 600 institutos culturales y artísticos.

El distrito ocupa un área aproximada de 230 mil metros cuadrados (23 hectáreas), y un 80 por ciento de sus espacios están ocupados por tiendas, cafeterías y galerías. Entre sus centros destacados se encuentra el MACA Art Center, que promueve la obra de jóvenes artistas chinos y mantiene colaboraciones internacionales, particularmente con Italia.

Actualmente, el 798 presenta tres exposiciones anuales de gran formato. La más ambiciosa del año en curso incluye obras de artistas de Corea del Sur, Alemania, China e Italia. Una de las piezas más impactantes recrea una escena ambiental de hace cinco mil millones de años, utilizando espuma de jabón real.

Otra obra, suspendida del techo y con apariencia de esporas cristalinas, simboliza la colaboración transnacional. Según se explicó, la instalación cuenta con apoyo técnico y conceptual de varios artistas italianos.

Desde Alemania llegó una instalación olfativa que conecta al espectador con un árbol de Pekín mediante fragancias, evocando una forma sensorial de comunicación ecológica. La obra busca explorar las relaciones entre cuerpo, naturaleza y percepción urbana.

Arte más destacado

Uno de los trabajos más destacados es Aquaphoneia, instalación sonora que convierte metafóricamente la voz en agua. Compuesta por un cuerno original de Edison, dictáfonos, sensores, electrónica, estructuras neumáticas y vidriería vintage, la obra genera un espacio donde el sonido es transformado en un proceso alquímico que fluye entre lo sólido, lo líquido y lo etéreo.

El artista detrás de Aquaphoneia describe cómo voces incorpóreas se desarraigan, cruzan el “horizonte de sucesos” del cuerno y son comprimidas, licuadas y liberadas. La instalación desafía la materialidad del sonido y sugiere una poética de la disolución del yo en la materia.

Otra instalación clave, obra de un artista chino, consta de dos péndulos (uno blanco y otro negro) que intercambian líquidos al chapoteo de una bombilla. Con 20 monitores que registran y proyectan los movimientos del espectador, la pieza aborda los límites borrosos entre lo estable y lo cambiante, la percepción y la realidad.

MACA Art Center

El MACA Art Center también alberga exposiciones feministas. En sus plantas uno y dos, se exhiben obras diseñadas por curadoras locales. En la planta baja, una instalación explora la inseguridad y la confianza mediante referencias a juegos infantiles y al impacto del entorno social en el cuerpo.

En la planta superior, la artista china Dan Er presenta doce piezas de su colección personal, enfocadas en el intercambio cultural. Sus obras utilizan desde ceras de colores hasta materiales traslúcidos y modernas interpretaciones visuales de nubes en forma de cintas.

Una de las visitas obligadas en el distrito es la galería fundada por Wang Xingwei, donde conviven sus obras con las de otros artistas jóvenes, incluidos nombres emergentes con gran popularidad en China. Cada año, la galería organiza entre 14 y 16 exposiciones, lo que la convierte en una de las más activas del sector.

Entre sus piezas más conocidas está una pintura de gran formato que imagina a China como campeona del Mundial de fútbol, representando la emoción colectiva de una victoria aún soñada. Otras obras del artista exploran temáticas íntimas, como un autorretrato con su amante o la historia de una esposa emocionalmente distante junto a un anciano solitario.

Con su densa red de espacios culturales, el Distrito Artístico 798 no solo preserva la memoria industrial de Pekín, sino que se proyecta como un laboratorio vivo de nuevas narrativas visuales, donde lo ecológico, lo político y lo tecnológico se entrelazan para redefinir el arte contemporáneo en China. OB/Hondudiario

 

 

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