Icono del sitio Hondudiario

“Nos trataron como si fuésemos asesinos”, el relato de dos migrantes deportados de EEUU

*** Carlos, consternado aún por lo sucedido, recordó cómo una agente subió al techo donde intentaron esconderse y les apuntó con un arma.

“Nos trataron como si fuésemos asesinos”. Dos migrantes indígenas tzotziles originarios de San Juan Chamula (Chiapas, sur de México), Benjamín López y su hijo Carlos, relataron este martes a EFE el trato recibido por parte de las autoridades de Estados Unidos tras ser detenidos y deportados en una redada migratoria.

 “Estábamos trabajando, cortando verdura como todos los días, cuando rodearon el restaurante. Nos trataron como si fuéramos asesinos. Nos esposaron de manos, pies y cintura. No hubo golpes, pero a algunos compañeros sí los tiraron al suelo”, explicó Benjamín en entrevista ya en suelo mexicano, en el sureño estado de Chiapas.

Tanto Benjamín como su hijo Carlos fueron detenidos por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) durante una redada la semana pasada en un restaurante mexicano en Pittsburgh (Pensilvania).

Carlos, consternado aún por lo sucedido, recordó cómo una agente subió al techo donde intentaron esconderse y les apuntó con un arma.

“‘¡Manos arriba, cabrones!’, nos gritó. En ese momento sentí miedo. Solo pensé en mi familia. Yo apenas llevaba tres meses allá, buscando una oportunidad”, explicó al señalar que, pese a estar en proceso de asilo, las autoridades no le permitieron argumentarlo antes de ser deportado.

Ambos migrantes denunciaron el trato inhumano y discriminatorio.

 “Nos vieron como delincuentes, cuando solo queremos trabajar.(El presidente estadounidense) Donald Trump no tiene compasión por los mexicanos. Dice que somos el problema, pero somos quienes construimos Estados Unidos”, expresó Benjamín, quien estuvo dos años y siete meses en EE.UU. trabajando en construcción y cocina.

La deportación fue rápida y sin posibilidad de defensa legal. “Te preguntan por qué vienes, te dicen que México está bien, pero eso no paga la renta ni alimenta a tus hijos”, dijo Benjamín.

Para poder quedarse unos días más, el Servicio de Migración y Control de Aduana exigía hasta 10.000 dólares. “No pude pagar, no tuve opción más que volver con las manos vacías y la ropa del trabajo”. EFE

Salir de la versión móvil