*** Una película que no es exactamente un musical pero que está lleno de música.
Amanda Seyfried se ha metido en un personaje y un proyecto complejo, ‘The Testament of Anne Lee’, sobre esa misionera inglesa del siglo XVIII, presentado este lunes en Venecia. Y ha salido más que victoriosa en un proceso que para ella fue “una iluminación, terapéutico, lleno de pasión y catártico”.
“La razón por la que fue posible enfrentarme a este desafío es porque me sentí totalmente protegida y rodeada por artistas adorables, que conocían el valor de hacer esto y entendían la visión de Mona (Fastvold, la directora). Es increíblemente extraño, igual no vuelve a ocurrirme otra vez”, afirmó la actriz en una rueda de prensa.
Seyfried es la protagonista de este filme, que compite por el León de Oro, dirigido por la noruega Mona Fastvold, que también escribió el guion junto a su pareja, el cineasta estadounidense Brady Corbet, que el pasado año ganó el León de Plata de Venecia a la mejor dirección por ‘The Brutalist’.
La película se centra en la figura de la misionera inglesa Ann Lee, que dejó su Manchester natal para viajar a Estados Unidos con un reducido grupo de religiosos, con el objetivo de instalar allí la Sociedad Unida de Creyentes en la segunda Aparición de Cristo, conocidos como Shakers, un movimiento que llego a tener 6.000 seguidores.
A Fastvold le apasionada la historia de Ann Lee y le parece interesante “hablar en estos momentos de mujeres líderes”.
“Para mí se trataba de hacer una película o de crear una pieza de arte en este mundo dominado de hombres” sobre una mujer que lideró a sus seguidores “con empatía y amabilidad, que creía en la igualdad para todos, hombres y mujeres, personas de color e incluso de los niños”, cuando eso no era normal.
Al respecto, Seyfried agregó que ha sido muy enriquecedor “interpretar a una mujer que ha vivido tanto drama, con esta visión y esta devoción a Dios, que servía a la gente en una época en la que las mujeres ni siquiera sabían escribir”.
Para Fastvold fue esencial tener a la actriz como protagonista porque “tiene mucha fuerza, es una maravillosa madre, es una pequeña loca” y quería “que esa ternura y amabilidad, su poder y su locura, se reflejara en el personaje”.
“Yo simplemente seguí a Mona hacia la luz y todo fue bien”, señaló por su parte la protagonista, que destacó la mucha libertad que da la cineasta. “El único peligro como artista era no usar esa libertad como artista”, afirmó Seyfied, a la que muchos en Venecia apuntan como seria candidata a la Copa Volpi a mejor actriz.
Y eso que al principio Seyfried no estaba convencida de ser la actriz adecuada para el papel. “Yo le dije (a Fastvold) que eligiera a una actriz inglesa por el acento”, pero luego comprobó “el amor que tenía Mona por la historia, que era como su bebé”. “Creyó en mí y aquí estamos”.
Una película que no es exactamente un musical pero que está lleno de música, porque los Shakers eran una comunidad que cantaba y bailaba sin parar, para expresar sus miedos y sus alegrías y para crear esa relación de comunidad que era tan importante para Ann Lee.
Eso queda reflejado en la película en muchas escenas musicales, con unos repetitivos bailes y canciones en los que los seguidores de Ann Lee entran en éxtasis, algo que no todo el mundo entendía en aquel momento en el que no había libertad religiosa.
“Este es un filme sobre una comunidad cuyos miembros tenían un enorme amor entre ellos, un amor muy físico aunque no sexual (defendía el celibato), y que le daban gran importancia a la música”, resumió la realizadora.
Ella fue la que le planteó a Corbet que quería hacer una película sobre Ann Lee y él entró inmediatamente en el proyecto, repitiendo el esquema de colaboración que han desarrollado en sus anteriores trabajos, desde que se conocieron.
“Pero creemos que solo se puede servir a un maestro a la vez, así que Mona tenía el ‘final cut’ en este filme, algo muy importante para nosotros”, señaló Corbet.
Una película que cuenta con una gran puesta en escena, cuidada con todo detalle pese a contar con un presupuesto pequeño, de 10 millones de dólares. La razón la explicó la directora: “Creo que Ann Lee merecía algo grandioso y precioso, ¿cuántas películas sobre iconos masculinos habéis visto? ¿cuántas de mujeres? Simplemente quise darle ese espacio”. EFE