*** En el entorno político la baja se interpreta como una muestra más de las tensiones en la cúpula militar.
El general de brigada Ramiro Muñoz presentó su baja “voluntaria” de las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), luego de negarse a ser enviado como agregado militar en Nicaragua, según se informó este martes, aunque la versión oficial de las FFAA sostiene que es “por razones médicas”.
El director de Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas, coronel Erwin Lara Franco, afirmó que Muñoz “solicitó su retiro y ya comenzó la parte administrativa” para formalizar la separación. Detalló que el oficial acudió directamente ante el jefe del Estado Mayor Conjunto, sostuvo una conversación y activó el trámite en la oficina de recursos humanos.
Lara aseguró que la decisión responde a motivos de salud. “Hasta donde nosotros conocemos, por razones médicas”, dijo, al ser consultado sobre los motivos de la salida del general, quien en los últimos meses había sido removido de puestos de relevancia en el Gobierno y en la institución armada.
Ante señalamientos sobre posibles presiones internas, Lara rechazó que se trate de una purga. Explicó que dentro de la institución “no hay un puesto que lo denigre a usted, a su grado o a su persona”, y subrayó que “esas purgas no se dan en la institución porque son asignaciones comunes”.
La fuente militar añadió que la determinación fue tomada únicamente por el oficial. “El general Muñoz está tomando él mismo la decisión, aquí no hay ningún tipo de purga, pelea o discusión de mando”, afirmó.
Consultado sobre la versión de que el retiro obedecía a su negativa de aceptar la agregaduría militar en Nicaragua, el portavoz insistió en que “lo que le digo yo, voy de nuevo, el general Muñoz está solicitando su retiro por una situación médica”.
El militar había generado fricciones tras su paso por la dirección del Instituto Nacional Penitenciario, cargo que ocupó por decisión de la presidenta Xiomara de Zelaya. Lara recordó que aquella designación “fue una asignación por parte de la señora Presidenta Constitucional de la República, y ella misma fue quien tomó la decisión de decir las reglas”.
Muñoz se mantuvo en la primera línea mediática cuando dirigió la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y posteriormente asumió la coordinación del sistema penitenciario tras la masacre de 46 mujeres en la Penitenciaría Nacional Femenina (PNFAS) en junio de 2023.
Sin embargo, su influencia se fue debilitando. El 7 de enero fue separado de la dirección de la PMOP y, meses después, el 15 de julio, confirmó su salida del Instituto Penitenciario, asegurando entonces que nunca cumpliría “una orden que esté fuera de lo establecido en la Constitución de la República”.
Con su baja oficializada, Ramiro Muñoz cierra una carrera en la que alcanzó el grado de general de brigada, pero marcada en los últimos meses por desencuentros internos, reubicaciones forzadas y, finalmente, por una salida que la institución atribuye a motivos médicos, aunque en el entorno político se interprete como una muestra más de las tensiones en la cúpula militar. OB/Hondudiario