sábado, septiembre 13, 2025
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Putin apunta con sus cañones a 2026 con las negociaciones estancadas y la OTAN en alerta

Tegucigalpa, Honduras

*** Rusia aseguró en la ONU que no desea una escalada militar con Polonia, pero la realidad es que Varsovia ha logrado que la OTAN refuerce el flanco oriental con más tropas, una de las causas originales, según Moscú, del actual conflicto en Ucrania.

Las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania se han estancado sólo cuatro meses después de empezar, lo que allana el camino para que el presidente ruso, Vladímir Putin, siga combatiendo en 2026, cuando entrarán en el quinto año de guerra.

Si, como dicen algunos analistas, Putin quería poner a prueba la firmeza de la OTAN, la incursión aérea rusa en Polonia no ha hecho sino incrementar su apoyo a Ucrania y reforzar la unidad en las filas aliadas, ya que fueron aviones europeos los que derribaron los drones rusos.

Rusia aseguró en la ONU que no desea una escalada militar con Polonia, pero la realidad es que Varsovia ha logrado que la OTAN refuerce el flanco oriental con más tropas, una de las causas originales, según Moscú, del actual conflicto en Ucrania.

A día de hoy, la paz parece más lejos que nunca. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció que las negociaciones atraviesan una “pausa”, un eufemismo para constatar que están estancadas.

La tercera ronda de negociaciones tuvo lugar el pasado 23 de julio y concluyó, igual que las dos anteriores, sin mayores resultados, aparte de algún acuerdo de intercambio de prisioneros y cadáveres.

El ultimátum del presidente de EE.UU., Donald Trump, devolvió a rusos y ucranianos a la mesa de negociaciones, pero la cumbre de mediados de agosto en Alaska echó por tierra seis meses de trabajo para que Putin declarara un alto el fuego.

El único compromiso de Moscú fue que muy probablemente el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, sea el que encabece la delegación rusa en la próxima ronda, pero es que el veterano diplomático es a día de hoy uno de los mayores halcones de la política rusa.

Todos los caminos conducen a Trump. Los europeos están poniendo de su parte, pero no se lanzarán al vacío en Ucrania con botas sobre el terreno si la Casa Blanca no respalda las garantías de seguridad para Ucrania.

Además de negarse a reunirse, sino es en Moscú, con el presidente ucraniano, Volodímir Zalenski, Putin ha rechazado el despliegue de tropas occidentales tanto ahora como después de la firma de una paz, por lo que Washington es la última esperanza.

Trump sigue jugando al rato y al ratón. Repite que baraja la imposición de sanciones y tarifas comerciales, pero el tiempo pasa y el único que ha pagado, hasta ahora, los platos rotos ha sido India con un 50 por ciento de aranceles.

La llamada telefónica en la que debía haber presionado a Putin y que debía haberse producido esta misma semana nunca llegó a tener lugar.

Los senadores republicanos apoyan la imposición de sanciones a Rusia, en lo que cuentan con el apoyo de los demócratas, pero el presidente no atiende a razones y se limita a vagas promesas.

Por ello, todo apunta a que Putin quiere seguir combatiendo hasta 2026, aunque la campaña estival ha sido un fracaso.

Las tropas rusas conquistaron más de 1.000 kilómetros cuadrados en mayo y junio, pero ese ritmo creciente se redujo en julio y en agosto, pese a la incursión relámpago del mes pasado en el corazón de Donetsk, que puso en aprietos a los ucranianos.

El Estado Mayor ruso estima en 3.500 los kilómetros cuadrados conquistados desde marzo, lo que se traduce en 149 localidades, pero ninguno de los bastiones clave, especialmente Pokrovsk y Kostiantinivka. Kiev sigue controlando más de una quinta parte de Donetsk y una cuarta de Jersón y Zaporiyia.

Además, Moscú controla varios cientos de kilómetros cuadrados en Sumi y Járkov, y ha tomado una decena de localidades en Dnipropetrovsk, la última hoy sábado.

Sea como sea, Putin confía en que las defensas ucranianas se derrumben en los próximos meses con tres argumentos: el enemigo no puede avanzar en ningún sector del frente y se limita a defender sus posiciones; carece de reservas adicionales y sus unidades en el frente cuentan con menos de la mitad de los efectivos reglamentarios.

El propio Oleksandr Sirski, jefe del Ejército ucraniano, reconoció una superioridad numérica rusa en hombres y equipos de 3 a 1 y en algunas zonas, incluso de 6 a 1.

Mientras, Rusia continúa con sus maniobras estratégicas Západ-2025 en territorio bielorruso. Aunque en los ejercicios no está identificado el enemigo potencial, Bielorrusia limita con tres países de la OTAN, Polonia, Letonia y Lituania.

El sábado le tocó el turno a los mandos en el polígono militar Borísovski, a menos de 500 kilómetros de la frontera polaca, que procedieron a coordinar sus acciones a la hora de “bloquear y eliminar” grupos subversivos enemigos.

Se sumaron a los juegos de guerra los bombarderos Tu-22M3, la Flota rusa del Báltico y los sistemas de defensa costera Bastión con misiles de crucero.

Se desconoce si Putin supervisará personalmente estos ejercicios igual que hiciera en 2021, tras lo que seis meses después tuvo lugar la invasión de Ucrania. EFE

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