*** Un informe sobre la violencia doméstica es considerado como un problema sistémico, que tiene causas profundas, la limitada acción del Gobierno y las autoridades policiales y judiciales, según este análisis perceptivo de lo ocurrido sólo entre agosto y septiembre.
La violencia doméstica un problema social cuasi imparable en el país, que según los estudios esta ligado a las normas culturales, pero más que eso expertos establecen que la impunidad es otro de los factores considerados como obstáculo para su erradicación a pesar de la implementación de programas para resolverlos o frenarlo.
En un monitoreo de las estadísticas entre entre los meses de agosto y septiembre, sobre la violencia doméstica, el 85% de los incidentes (76 casos) ocurrieron en Tegucigalpa, la capital de Hondureña, lo que indica que la violencia doméstica es un problema significativo en áreas urbanas densamente pobladas. El 15% restante (14 casos) se distribuye en otras regiones, como La Ceiba y San Pedro Sula.
En los registros, la edad de las víctimas se estima que el 70% de las víctimas (63 casos) tenía entre 25 y 45 años, lo que indica que la población femenina en edad productiva es la más afectada. El 30% restante (27 casos) incluye a mujeres mayores y menores de edad.
Naturaleza de la violencia según los casos publicados por diferentes medios, el 60% de los incidentes (54 casos) se clasificaron como violencia física; golpes, empujones, agresiones con armas blancas, mientras que el 40% restante (36 casos) fue violencia psicológica; como amenazas, insultos y acoso. Es importante destacar que muchos casos de violencia física también incluyeron violencia psicológica.
Sobre los participantes o los agresores, el 95% de los agresores (85 casos) eran cónyuges, excónyuges o parejas sentimentales de las víctimas. Esto subraya que la violencia doméstica es predominantemente como un problema de intimidad y confianza traicionada. Solo en el 5% de los casos (5 casos) el agresor era un familiar cercano (hermano, padre).
En un subregistro de casos de los 90 casos reportados en este monitoreo son solo una fracción del problema real, es debido al miedo de las víctimas a denunciar y a la falta de confianza en el sistema judicial. Las cifras oficiales no reflejan la realidad debido al miedo, la dependencia económica y la desconfianza en el sistema judicial.
Por otro lado, se suma la alta de recursos a pesar de la legislación existente, en donde su implementación de políticas de protección para las víctimas es deficiente debido a la falta de fondos y personal capacitado, según los diferentes criterios.
Asimismo, se agrega como factor la cultura machista, donde la normalización de la violencia contra las mujeres y niñas es una causa principal de la violencia doméstica en Honduras.
El gobierno ha ratificado leyes como la Ley contra la Violencia Doméstica, pero la aplicación de esta ley es ineficiente. Se enfoca en programas de prevención y concienciación, pero a menudo no asigna suficientes fondos para refugios o asistencia legal.
Las ONGs (Organizaciones No Gubernamentales), como el Centro de Derechos de Mujeres (CDM) y Amnistía Internacional han denunciado la falta de acción del gobierno, por lo que «trabajan directamente con las víctimas, proporcionando refugios, asistencia legal y apoyo psicológico», llenando el vacío dejado por el Estado.
Por su lado, los defensores de los derechos humanos sostienen que la violencia doméstica es una grave violación de los derechos humanos, exigen que el Estado cumpla con sus obligaciones internacionales, investigue los casos de violencia, enjuicie a los agresores y garantice el acceso a la justicia para las víctimas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU),a través de agencias como ONU Mujeres, la ONU supervisa la situación, «presiona» al gobierno para que adopte políticas más efectivas y proporciona asistencia técnica y financiera para programas de prevención y protección.
También, el Observatorio de la Violencia UNAH, que documenta y analiza la violencia en el país, en sus estudios confirman que la mayoría de las denuncias de violencia doméstica se concentran en las ciudades principales, coincidiendo con los datos del documento.
En cuanto a las estadísticas Policiales, sus datos en sus archivos son limitados, considerando que las cifras de la Policía Nacional y el Ministerio Público indican un aumento constante en las denuncias de violencia doméstica, especialmente en áreas urbanas.
Sin embargo, estas cifras no reflejan la totalidad del problema debido al subregistro. Según el Observatorio de la Violencia de la UNAH, se estima que miles de casos no se denuncian anualmente.
Se consideran como las principales causas, los patrones culturales de una sociedad machista que normaliza la agresión y la dominación masculina.
También se suma la dependencia económica, ligada a la falta de oportunidades laborales para las mujeres las hace dependientes de sus agresores, lo que les dificulta salir de la relación.
La impunidad, como factor por la falta de castigo efectivo para los agresores lo que fomenta un ciclo de violencia.
Como soluciones a este problema social, se pide fortalecer la Legislación, asegurar que las leyes se apliquen de manera efectiva, con sanciones severas para los agresores.
Aumentar la asistencia a víctimas, abriendo más refugios seguros, líneas de ayuda telefónica 24/7 y proporcionar asistencia legal y psicológica gratuita.
Promover la educación y la concienciación, para implementar programas de educación en las escuelas para promover la igualdad de género y desafiar los estereotipos.
Resumen por otro factor para frenar la violencia, la capacitación Policial y Judicial, a la policía, los jueces y el personal del sistema judicial para que traten los casos de violencia doméstica con la debida seriedad y sensibilidad. MO/Hondudiario