*** Todos los organismos de observación cuentan con reglamentos claros que definen sus atribuciones.
El expresidente del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), Augusto Aguilar, calificó como “positivo y saludable” que el Consejo Nacional Electoral (CNE) haya acreditado a 29 entidades nacionales e internacionales como observadores de los próximos comicios, al considerar que la presencia de estas organizaciones aporta confianza, credibilidad y legitimidad al proceso. No obstante, subrayó que todos los participantes deben someterse al reglamento que regula su labor.
Aguilar explicó que la intervención de instituciones nacionales resulta especialmente relevante porque generan cercanía con los votantes y permiten un control ciudadano directo sobre el desarrollo de la jornada. A su juicio, “eso le da más confianza, más credibilidad y legitimidad del proceso”, pues complementa la supervisión de los organismos internacionales.
Sobre la participación externa, el exmagistrado recordó que en algunos casos responde a compromisos formales adquiridos por Honduras como Estado miembro de federaciones y uniones de tribunales electorales en Centroamérica y América Latina y para ciertas organizaciones “es casi una obligación” intervenir, dado que cuentan con divisiones especializadas en asuntos electorales que monitorean permanentemente la región.
El exfuncionario detalló que todos los organismos de observación cuentan con reglamentos claros que definen sus atribuciones. Estos manuales, dijo, establecen que la misión principal consiste en verificar aspectos básicos, como la entrega puntual del material electoral, la integración completa de las mesas de votación y el cumplimiento de las normas que garantizan el derecho al sufragio.
Aguilar enfatizó que los observadores también deben asegurarse de que no existan obstáculos que impidan votar a los ciudadanos, así como verificar que se respete la legislación electoral vigente. Posteriormente, las misiones tienen la obligación de presentar un informe con conclusiones equilibradas, donde se destaquen tanto los aciertos como las debilidades detectadas durante el proceso.
Al mismo tiempo, aclaró que hay límites estrictos para la labor de observación, entre ellos la prohibición de pronunciarse a favor o en contra de partidos o candidatos.
“No pueden intervenir en nada ni sustituir atribuciones que no les corresponden”, recalcó, pues sus funciones son complementarias y nunca reemplazan a las autoridades nacionales.
El exmagistrado señaló que la regulación de la observación electoral no es un tema novedoso, ya que “esto es una cuestión casi rutinaria” que solo requiere actualizaciones periódicas. Mostró extrañeza porque se haya tardado tanto en reactivar estas normas, e insistió en que su aplicación es indispensable para mantener el orden y la transparencia.
Aguilar explicó que, en el caso de las instituciones nacionales, la participación está condicionada a una solicitud previa al CNE, que es la entidad encargada de autorizar y acreditar a los observadores. Una vez aprobada, cada participante recibe una credencial oficial que certifica su rol en el proceso electoral.
Además, indicó que las organizaciones acreditadas deben remitir al órgano electoral los nombres y datos de identificación de todos sus representantes, garantizando así la formalidad y transparencia del registro. Con ello, aseguró, se consolida un esquema de supervisión que, sin interferir en las competencias del CNE, contribuye a fortalecer la legitimidad de las elecciones. OB/Hondudiario