*** Cruceta reveló a Hondudiario que por primera vez se observa un flujo muy fuerte de personas viajando del norte hacia el sur.

El jefe de la Unidad de Soporte a Programas de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Ismael Cruceta, explicó que este año ha sido “un año un poco atípico” en comparación con los anteriores, ya que el flujo migratorio que históricamente se desplazaba desde el sur hacia el norte del continente ha cambiado drásticamente, con una reducción superior al 90 por ciento en el tránsito de personas venezolanas que se dirigían hacia Estados Unidos, pasando de 300.000 el año pasado a apenas 23.000 en el mismo periodo de 2025.
Cruceta reveló a Hondudiario que por primera vez se observa un flujo muy fuerte de personas viajando del norte hacia el sur, especialmente de origen venezolano, quienes, tras permanecer varadas en México, decidieron regresar a su país o trasladarse a otras naciones de Centro o Suramérica, fenómeno que describió como “nuevo” dentro de las tendencias migratorias de la región.
La fuente sostuvo que esta modificación en las rutas tradicionales marca un cambio sustancial en la dinámica migratoria del continente, ya que “la mayoría de la gente solía ir hacia el norte del continente, hacia Estados Unidos, y este año hemos visto cómo esa dinámica ha cambiado”, lo que obliga a los organismos humanitarios a replantear su capacidad de respuesta y asistencia.

Precisó que el número de retornos de migrantes se ha mantenido “estable” respecto al año anterior, aunque con una leve disminución en las cifras de 2024 a 2025, al registrar más de 20.000 personas retornadas, cerca de 24.000 hasta el 31 de agosto, y subrayó que la atención a esta población debe ir más allá del momento inmediato de su llegada.
“Realmente es importante seguir brindando asistencia a cada una de las personas, no solamente en el momento inmediato de su llegada a Honduras, sino después también en ese proceso de reintegración en las comunidades, que es donde verdaderamente empieza el desafío”, manifestó Cruceta.
El experto enfatizó que, aunque el flujo de sur a norte descendió, el retorno voluntario de migrantes y el desplazamiento de norte a sur son tendencias crecientes, con características que requieren monitoreo constante y respuestas coordinadas para garantizar una atención adecuada en los puntos de tránsito y retorno.

“Varía un poco dependiendo del flujo, el de sur a norte descendió drásticamente, más del 90 por ciento, y vemos cómo esta dinámica ha cambiado mucho si observamos esa dinámica nueva de personas del norte a sur”, reiteró.
Respecto a la presencia de migrantes venezolanos en ciudades como La Ceiba, Cruceta calificó el fenómeno como “un poco peculiar”, debido a que no es una de las rutas migratorias habituales, pues las personas suelen ingresar por Danlí, El Paraíso, y desplazarse hacia Ocotepeque, mientras que quienes retornan desde México lo hacen en sentido inverso.
“La Ceiba suele ser un lugar que no está dentro de las rutas típicas, tenemos que observar, ver qué está pasando y monitorear este fenómeno para tomar decisiones oportunas de asistencia”, concluyó. OB/Hondudiario



