lunes, noviembre 3, 2025
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CNE y TJE colapsan, FFAA avanzan y el Congreso entra en legalidades paralelas

Tegucigalpa, Honduras

*** El punto de ebullición tiene fecha: 9 de noviembre, “movilización permanente”. Tres semanas de ocupación hasta las elecciones.

El análisis semanal elaborado por el centro de pensamiento NODO, manifestó un panorama critico para los hondureños de cara a las elecciones, puesto que esta semana habrá muchos desenlaces con respecto a los comicios del 30 de noviembre.

El desenlace que se venía construyendo desde hace meses; el resultado adverso a Libre es la evidencia de golpe electoral que otorga a las calles el poder de decidir sobre el resultado (asumiendo apoyo militar).

El Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE), colapsan por judicialización, el poder legislativo se bifurca hacia legalidades paralelas, el Ministerio Público continúa su espectáculo y las Fuerzas Armadas se acercan a la militarización total del proceso y orillan al CNE a subordinarse.

Así entra Honduras a las últimas semanas del proceso; con la irrelevancia del árbitro y el poder en manos de quien controla la caja del estado y la aplicación del poder coercitivo.

Ejecutivo/Libre: Preservar control de la agenda, evitar que un resultado adverso sea vinculante, mantener alineada a la cúpula militar, y sostener la campaña de acoso desde el Ministerio Público. El costo aceptado es la erosión de credibilidad como movimiento político y el sacrificio de su posición internacional como gobierno legítimo.

Fuerzas Armadas: Proteger el Instituto de Previsión Militar, conservar relación con Washington y evitar la fractura interna. Su búsqueda de acceder a actas presidenciales les otorga poder inmediato, pero la deforma como institución apolítica.

CNE/TJE: Sobrevivir la trituradora política, mediática y judicial para lograr un mínimo operativo. La participación o recusación de cualquier consejero sirve para reforzar la narrativa de golpe electoral.

Oposición: Convertir el colapso de las instituciones en apoyo internacional y palancas de negociación. El riesgo es la tentación de acceder a un acuerdo tras bambalinas que resuelva la coyuntura.

Sector Privado: Evitar recesión económica y lograr mínimos de seguridad jurídica y estabilidad política para evitar fugas de capital. Desempleo → descontento → movilización → inestabilidad → mal clima de inversión. Y el ciclo se repite.

Comunidad Internacional: Mitigar el daño del colapso institucional y tratar de evitar el abandono total de las reglas. Caso contrario, ser garante de un pacto de gobernabilidad para resolver crisis post-electoral

La lógica que los une: todos toleran un poco de incendio con tal de que al final, el tablero se incline hacia la legitimidad y gobernabilidad, bajo sus términos.

Las Fuerzas Armadas

Con la demanda de Roosevelt Hernández, los riesgos de resultados desfavorables ahora no solo son el TREP o deficiencias en conectividad. Ahora importa quien toca las maletas y adonde se las lleva. Si Ana Paola mantiene su silencio y Roosevelt su insistencia, ambos enfrentarán el desprecio del segmento social que votó por el “perdedor”.

Cuando Roosevelt dice que quiere garantizar las elecciones, el efecto realmente es la contaminación del resultado y la destrucción de la credibilidad institucional; igual que en las primarias.

La Conspiración

Se prepara una elección con resultado impugnable por diseño y el ultimátum de Marlon es una trampa narrativa sin salida: si quitan a Cossette y Libre pierde, la conspiración era tan profunda que sobrevivió la recusación. Si Cossette se mantiene y Libre pierde, es la evidencia irrefutable de que se gestó un golpe electoral.

Aquí, Libre fracasa totalmente en convencer de que tal conspiración existe, particularmente en vista de que el plan implica una victoria de Nasralla fraudulenta, en vez de una victoria de alianza de oposición legítima.

Para la oligarquía que Libre acusa, forzar y financiar una alianza opositora que gane limpiamente cuesta una fracción de lo que costaría orquestar, ejecutar, y sostener un fraude electoral a escala nacional.

Marlon está acusando a actores racionales de ejecutar la estrategia más cara e ineficiente disponible, cuando tienen a su disposición mecanismos de influencia política que son más baratos, más efectivos, y completamente legales.

Jorge Calix

En medio de los escombros institucionales, con camino allanado hacia el territorio e identidad icónica de Mel, sale triunfante Jorge Cálix. El 28 de octubre, el TJE confirmó su inscripción como candidato a diputado por Olancho a pesar de la ofensiva sostenida de operadores de Libre para bloquearlo.

Jorge Cálix demostró que las instituciones ceden cuando el costo político de resistir supera el costo de capitular.

Olancho, bastión simbólico del zelayismo ahora tiene en la papeleta al único actor que logró forzar una victoria institucional contra Libre. Otros actores tomaron nota del mecanismo. Y del precio.

Tegucigalpa

El punto de ebullición tiene fecha: 9 de noviembre, “movilización permanente”. Tres semanas de ocupación hasta las elecciones. La narrativa oficial es exigir garantías electorales y evitar el golpe electoral pero el propósito es recordarles a todos que el resultado final se da en las calles, y que el 1ro de diciembre ya estarán ahí para asegurar la victoria.

Mantener Tegucigalpa ocupada durante 21 días (o más) es una tarea titánica. En San Pedro Sula, Libre intentó llenar las calles en respuesta a la Caminata por la Paz. Movilizaron recursos, logística, transporte – todo para culminar en imágenes aéreas de un entusiasmo desgastado que ya no logra masas críticas.

Si la presencia es rala, si la ocupación de Tegucigalpa se desinfla, si los recursos no sostienen tres semanas de logística, el mensaje es otro: Libre ya no tiene la fuerza que necesita. La oposición y el sector privado leerán esa debilidad, las Fuerzas Armadas también.

El desenlace más probable es una elección celebrada, resultados en disputa y participación militar en las negociaciones para apagar el incendio post-electoral. La Comisión Permanente servirá para blindar sus actos y cuestionar los ajenos; la fiscalía sostendrá la narrativa necesaria y el Poder Judicial administrará tiempos que equivalen a decisiones. AB/Hondudiario

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