viernes, noviembre 21, 2025
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Hotel Casa del Árbol, un “oasis” histórico y ecológico en el centro de SPS

Tegucigalpa, Honduras

*** La estructura se basa en la edificación de las casas de la compañía bananera de principios del siglo pasado.

El Hotel Casa del Árbol prevalece como un histórico “oasis” en el centro de la ciudad industrial de Honduras, donde su copropietaria Dora Morales de Suazo explicó a Hondudiario cómo este establecimiento nacido de la preservación de un árbol de mango y la herencia arquitectónica de la época bananera ofrece un refugio en armonía con el medio ambiente.

La empresaria detalló que el inmueble forma parte del casco histórico de San Pedro Sula, pues su estructura se basa en la edificación de las casas de la compañía bananera de principios del siglo pasado correspondientes a 1920, las cuales eran transportadas a su ubicación final donde vivieron los abuelos de su esposo Don Felipe y doña Teresa Zelaya.

Morales de Suazo recordó que originalmente funcionaba una floristería, vendiendo crisantemos cultivados en Siguatepeque, hasta que recibieron la visita del presidente del Colegio de Arquitectura y un representante municipal (en aquel entonces), quienes buscaban convencer a los propietarios de conservar las casas antiguas para convertirlas en pequeños hoteles con jardines internos en lugar de demolerlas.

Copropietaria Dora Morales de Suaz

Aunque ella y su esposo carecían de formación en hotelería decidieron aceptar el reto “fantástico” de transformar la pequeña edificación en un alojamiento turístico.

El porqué del nombre

Respecto al nombre del establecimiento, su espíritu protector del medio ambiente les impidió cortar un pequeño árbol de mango situado en la parte trasera del terreno por lo que el arquitecto diseñó una “obra de arte” donde las gradas de la torre rodean el tronco permitiendo que las ramas salgan libremente.

“Decidimos conservar el árbol, el arquitecto realmente hizo una obra de arte, conservando el árbol que viene y pasa por las gradas, las gradas de la torre tienen en el centro un árbol, y cuando estaba pequeño no molestaba tanto, ya cuando estaba creciendo se mira precioso porque salen las ramas”, relató.

En el hotel durante la temporada de cosecha recogen los frutos en una canasta y la colocan al inicio de las escaleras para invitar a los huéspedes a degustar el mango confite y generar una conexión directa con la naturaleza viva del lugar.

“Pero es la sensación de que también están contribuyendo con el medio ambiente, de que también sienten que hemos protegido algo y que ellos igualmente lo protegen, que están pendientes los que vienen con reincidencia, de que el árbol esté ahí y preguntan cómo estamos con el árbol”, comentó.

La denominación Hotel Casa del Árbol no obedece a una construcción sobre una planta como se conoce tradicionalmente, sino que responde al esfuerzo estructural por proteger el espécimen que atraviesa las escaleras de acceso a las habitaciones.

Un espacio “conveniente y sorprendente”

El Hotel Casa del Árbol dispone de 13 habitaciones distribuidas en seis dobles y siete sencillas equipadas con camas “king size” y la capacidad logística para adaptar espacios triples con camas separadas, según la necesidad del cliente.

Morales de Suazo, abogada de profesión, apreció que su propuesta de valor se centra en un servicio personalizado “muy especializado” donde la cultura impulsa al personal a ir más allá de lo esperado para ayudar en cualquier requerimiento que presenten los visitantes.

Indicó que la higiene representa otro pilar fundamental de su oferta, pues los colaboradores mantienen un esfuerzo constante de limpieza para asegurar que el huésped encuentre las instalaciones impecables y acogedoras.

La propietaria describió su ubicación en el centro de la ciudad como un espacio “conveniente y sorprendente” donde los turistas y visitantes no esperan encontrar tras las puertas un ambiente acogedor que contrasta con el ajetreo exterior del casco histórico.

Aun así, reconoció que existen múltiples desafíos en el país para la sostenibilidad de las empresas turísticas como la inseguridad o la falta de incentivos y efectivo, pero mantienen su operatividad impulsados por el amor a San Pedro Sula.

Morales de Suazo sostuvo que su familia cree firmemente en el turismo y en Honduras, por lo que continúan adelante con su vocación de servicio para recibir tanto a clientes frecuentes como a nuevos visitantes en el hotel. OB/Hondudiario

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