*** Desde las teorías económicas está comprobado que los periodos electorales generan dudas en la población.

La incertidumbre electoral por las elecciones del próximo domingo 30 de noviembre viene a “desacelerar” el consumo de los hondureños durante la temporada navideña y de fin de año, analizó la jefa de la carrera de Banca y Finanzas de la UNAH, Nancy Ochoa, en un examen sobre el comportamiento económico y los flujos de dinero en este cierre de año.
Ochoa señaló a Hondudiario que desde las teorías económicas está comprobado que los periodos electorales generan dudas en la población y provocan que el gasto en “productos discrecionales, eso decrece” mientras las familias priorizan la cautela ante el panorama político.
Otro efecto inmediato de este contexto es el incremento del “ahorro precautorio” debido a que tanto los hogares como las empresas sienten temor ante la coyuntura y deciden “dejar de consumir algunos productos que no son básicos” o denominados de lujo.
“Tienden a guardar ciertos recursos o como decimos comúnmente, a guardar dinero que sirve como colchón. Y bueno, esto es un fenómeno que se da, repito, cuando se generan este tipo de situaciones y justo en un contexto de polarización política como el que estamos viviendo ahorita, es probable que se visualicen ese tipo de comportamiento, pero hay que agregarle el otro elemento que es el tema de la temporada navideña”, expuso.

Pese a este escenario de cautela, la académica manifestó que el consumo navideño suele superar a la “racionalidad económica” ya que el hondureño pasa a un umbral de “racionalidad social-cultural” donde las tradiciones pesan más que la incertidumbre financiera.
La entrevistada indicó que muchas personas realizan gastos por una cuestión de identidad o como un “premio al final de un año de trabajo” por lo que el acceso a mercancías bajo la modalidad de regalos o ropa nueva se vuelve “casi que indispensable en los hogares” sin importar la situación.
Comportamiento inelástico
Ochoa recalcó que el acceso a la alimentación de temporada es un comportamiento inelástico donde “aunque varíe el precio, el consumo se mueve mínimamente” y las familias buscan siempre sus comidas tradicionales como los nacatamales.
En ese sentido, la economista sostuvo que el gasto se vuelve “inmune a ciertas situaciones de crisis, de incertidumbre” porque predomina la racionalidad sociocultural sobre las complicaciones de ingreso que puedan enfrentar los ciudadanos.

Respecto al flujo de capital, detalló que al revisar los agregados monetarios se observa un crecimiento de “aproximadamente un 15 por ciento” en la cantidad de dinero que circula en la economía entre los meses de octubre y diciembre.
Circulante alcanza cifras significativas
Se podría estar hablando de que en diciembre el circulante alcanza cifras significativas que “puede ser aproximadamente de 59 mil millones de lempiras” lo cual representa un movimiento de capital que “fácil puede ser mil 900 millones de lempiras diario”.
Este comportamiento casi homogéneo responde a que la economía “se oxigena a través de diferentes fuentes de ingresos” entre las que destacan las remesas que presentan una “mayor aceleración” y las conquistas laborales como el decimotercer mes.
Existe una estratificación
Sobre los lugares de compra, la especialista distinguió que existe una estratificación pues no es lo mismo el consumo en los centros comerciales donde se observa un comercio “más transnacional” con tiendas importadas que denotan estatus y moda.

“Recordemos que para el tipo de persona que visita estos centros comerciales hay dos formas para oxigenar y poder consumir. Una, que son los ingresos extras décimo tercero, bonos y el crédito. Hay gente que se endeuda para poder cumplir, como le decía, ese tema de identidad familiar, ese tema de reproducción social, los regalos, la ropa nueva”, acotó.
Por su parte el consumo popular en los mercados capitalinos tiene una dinámica diferente donde la afluencia de personas “mayormente anda buscando productos de primera necesidad” y artículos de precios más accesibles propios de la economía informal.
Ochoa concluyó que en estos sectores hay una mayor interacción de personas que “no obtienen ni siquiera el ingreso mínimo”, pero que igualmente se ven movidas por un consumismo que trasciende la parte cultural y de identidad. OB/Hondudiario



