*** El conflicto parte de una disputa histórica por la frontera establecida hace un más de siglo.

Militares de Tailandia y Camboya mantuvieron este martes numerosos enfrentamientos en zonas fronterizas, en medio de una escalada del histórico conflicto territorial que deja hasta ahora una decena de muertos, varios heridos y cerca de medio millón de desplazados.
Mientras la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha llamado a parar los enfrentamientos, los ejércitos de ambos países siguen disparando sobre objetivos militares, al tiempo que se acusan mutuamente de ataques contra poblaciones civiles con el uso de cohetes, balas y drones.
Las refriegas, que comenzaron el domingo y escalaron el lunes con operaciones aéreas perpetradas por Tailandia, son las más letales desde los combates de cinco días a finales de julio, que se cobraron la vida de casi medio centenar de personas y que terminaron con un alto el fuego mediado por Estados Unidos, Malasia y China.
Un saldo combinado
Los enfrentamientos dejan al menos siete civiles muertos en Camboya y tres militares también fallecidos en Tailandia, según los reportes oficiales, que dan cuenta de casi 55.000 evacuados en el espacio camboyano y cerca de 440.000 del otro lado de la divisoria.

Ambos países mantienen cientos de escuelas cerradas desde el lunes, lo que deja a miles de niños en refugios temporales a lo largo de las provincias que colindan en la zona limítrofe, de unos 820 kilómetros de extensión.
Aunque medios locales hablan de decenas de heridos por el conflicto, se desconoce el número total, pero los dos ejércitos han difundido imágenes de soldados en hospitales y de civiles recibiendo atención médica.
Este martes continuó el desplazamiento de personas, algunas caminando y otras a bordo de vehículos, que se alejaban de las zonas de combate, mientras en redes sociales circularon más imágenes de los ataques y la destrucción causada en ambos lados.
Llamado a la paz
El secretario general de la ONU, António Guterres, urgió a las partes a “evitar una mayor escalada” y a actuar con moderación.

“(Les pido) renovar su compromiso con el alto el fuego y utilizar todos los mecanismos de diálogo para encontrar una solución duradera para la disputa a través de medios pacíficos”, apuntó el funcionario en X.
A este llamamiento se sumó China, cuyo Gobierno pidió “moderación”, en su calidad de “amigo y vecino cercano de Camboya y Tailandia”.
Pekín, que ratificó su compromiso de desempeñar “un papel constructivo para aliviar las tensiones”, espera que estos dos países del Sudeste Asiático “trabajen para alcanzar consensos y eviten que la situación se deteriore aún más”, según dijo el portavoz de la Cancillería china Guo Jiakun.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que actuó como mediador para el acuerdo de paz firmado en octubre en Malasia, aún no se ha pronunciado públicamente sobre la escalada actual, como sí lo hizo en noviembre, cuando dijo que buscaría rebajar las tensiones después de intercambios de disparos entre militares en la frontera.
Disputa histórica
El conflicto parte de una disputa histórica por la frontera establecida hace un más de siglo, cuando Francia ocupaba la entonces Indochina, con la soberanía de varios templos hinduístas como parte de la crisis.
Los Ejércitos de ambos países luchan desde el domingo por el control de varias zonas donde se ubican edificios religiosos que datan del siglo XI, cuando el área era controlada por el Imperio jemer (802-1431).

Otrora ruinas olvidadas y cubiertas por la vegetación, el dominio sobre estos lugares de culto ha encendido los sentimientos nacionalistas en ambas naciones.
Este martes, por ejemplo, se registraron enfrentamientos alrededor de los templos de Ta Kwai (también conocido como Ta Krabei) y Ta Muen Thom, ambos cerca de la divisoria entre la provincia tailandesa de Surin y la camboyana de Oddar Meanchey, según el Ejército tailandés.
De escaso valor estratégico desde el punto de vista militar, el dominio sobre estos centros religiosos se ha tornado en un asunto de peso patriótico.
La disputa se remonta al acuerdo sellado en marzo de 1907 entre el entonces Reino de Siam (actual Tailandia) y Francia (que ocupaba el territorio que ahora es Camboya) para intercambiar el control de algunas regiones y establecer una línea que definiera la frontera entre ambas naciones.
Sin embargo, según las autoridades tailandesas, la demarcación real de la frontera se desviaba del texto de aquel tratado, incluido el territorio alrededor del templo de Preah Vihear y otros puntos fronterizos.
Una discordia que se arrastra hasta hoy y que ha provocado varios enfrentamientos entre los países vecinos, exacerbados en momentos de debilidad política y económica, como es el caso actual. EFE



