*** El embajador argentino señaló que las declaraciones de altos dirigentes políticos hondureños les obliga mantenerse atentos y preocupados porque existen riesgos en la democracia de hondureña.

«Si los observadores electorales externos e independientes han afirmado que no hubo fraude en Honduras. Si no hubo fraude, las elecciones fueron legítimas»; expresó el embajador de Argentina en la Organización de Estados Americanos (OEA) Carlos Bernardo Cherniak, durante la Asamblea Extraordinaria, para analizar los resultados de las elecciones del 30 de noviembre.
Cherniak, reflexionó sobre el informe presentado por la misión de Observadores de la OEA, bajo el liderazgo del embajador Eladio Loizaga, y expresó lo siguiente.
«El embajador Loizaga fue categórico. Las elecciones en Honduras fueron legítimas y no hubo fraude. Ese mensaje es claro y contundente. El valiente pueblo hondureño acudió masivamente a las urnas y reafirmó la soberanía popular». señaló de forma categórica.
«Señor Presidente», refirió; «Antes, durante y después de las elecciones se han dicho muchas cosas. Permítame referirme a algunas de ellas. Se afirmó que la convocatoria al Consejo Extraordinario de La OEA del 25 de noviembre fue un juicio político, una injerencia externa o un intento de legitimar a un candidato en particular.

Sin embargo, la Carta Democrática Interamericana, que todos nuestros Estados suscriben, establece cómo debe interpretarse el principio de no injerencia frente a amenazas al proceso electoral y su transparencia.
Es legítimo y necesario activar los mecanismos de la OEA para disuadir a quienes pretendan socavar la voluntad popular. También se dijo que el Consejo Extraordinario carecía de sentido porque finalmente se demostró que no hubo fraude.
Pero cabe preguntarse qué habría ocurrido si la OEA, la Unión Europea y otros actores internacionales no hubieran puesto sus ojos sobre esas elecciones. «Esa es una historia contra fáctica, sin respuesta científica. Lo que sí sabemos es que la observación electoral independiente fue un garante de transparencia y legitimidad de los comicios».
Señor Presidente, ni injerencia ni operación política. Los Consejos Extraordinarios de noviembre y el de hoy son oportunidades para que el gobierno de Honduras clarifique su posición, como ya lo ha hecho, y ser parte de un diálogo político constructivo, más allá de nuestras diferencias, y garantice que no se utilice el aparato estatal para instalar narrativas de fraude que solo debilitan la institucionalidad y afectan la transición democrática.
En mi intervención en el Consejo Extraordinario anterior señalé que su convocatoria debía entenderse como un ejercicio de diplomacia preventiva. Una reconocida jurista hondureña, exfiscal y experta en derechos humanos, escribió recientemente que las elecciones hondureñas del 30 de noviembre dejaron una enseñanza que merece ser subrayada.

Cuando la diplomacia preventiva funciona, los pueblos pueden ejercer su soberanía sin miedo, sin violencia y sin interferencias indebidas. El examen colectivo de dicho Consejo extraordinario se convirtió en uno de los ejemplos más claros y eficaces de diplomacia preventiva en el hemisferio.
Si no existieran las dolorosas experiencias de Nicaragua y Venezuela, algunos podrían hablar de conspiraciones. Pero esos regímenes autoritarios son una realidad y quizás el sistema interamericano no actuó a tiempo para evitarlo.
Y esa lección debe servirnos hoy. Señor Presidente, las declaraciones de altos dirigentes políticos hondureños nos obligan a estar atentos y preocupados. Con apenas una mínima porción de votos escrutados, se proclamó ganadora la candidata oficialista.
Cuando el TREP superó el 50% y era evidente que la candidata oficialista no podía ganar, se denunció fraude. Luego, para poner presión, se convocó a los colectivos oficialistas a movilizarse contra el Consejo Nacional Electoral. Después, con más del 90% escrutado, se proclamó vencedor a uno de los candidatos opositores antes de concluir el proceso.
Y por último, el sábado a la noche, le exigieron al representante del gobierno en el Consejo Electoral que no firmara la declaración final que lo podría hacer incurrir en violación de sus deberes de funcionario público.

Sr. Presidente, ¿Alguien está alentando un golpe institucional en Honduras? Esa es la pregunta que debemos hacernos con seriedad. Esperemos que no. Creo que hoy todos los reflectores del mundo están sobre el Consejo Nacional Electoral y es el único órgano competente para declarar el resultado electoral.
Cualquiera sea ese resultado, no hay margen para burlar la voluntad popular. Honduras es parte de nuestra comunidad democrática y queremos que lo siga haciendo.
«Señor Presidente, concluyo como inicié. Los observadores electorales externos e independientes han afirmado que no hubo fraude en Honduras. Si no hubo fraude, las elecciones fueron legítimas. Ese veredicto debe resonar en Honduras y en toda la comunidad internacional», señaló.
Y permítame expresar solamente al pasar que no tiene sentido matar al mensajero. Permítame cerrar citando a un gran poeta Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio. Y la verdad fue expresada por el jefe de la Misión Electoral de la OEA en Honduras. Apoyemos a la Misión Electoral de la OEA y confiemos en que la racionalidad prevalezca para que la voluntad popular del pueblo hondureño sea respetada. Gracias. Presidente, muchas gracias, embajador. MO/hondudiario



