martes, diciembre 16, 2025
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Tradición, turismo y economía: Viena llena sus calles de mercadillos navideños

Tegucigalpa, Honduras

*** Según la Cámara de Comercio de Viena, entre el 6 de noviembre, cuando abrieron los primeros, hasta el 6 de enero.

El aroma del vino caliente, el chocolate y las castañas asadas que desprenden los 14 grandes mercadillos de Navidad de Viena atraerán hasta finales de diciembre a más de cuatro millones de visitantes, un 25 por ciento de ellos extranjeros, en una fiesta al aire libre en la que se mezcla la tradición con el impacto económico.

La luminosa decoración de lazos, abetos, estrellas y guirnaldas de los llamados “Christkindlmarkt” de la capital lleva años consolidada como un auténtico atractivo turístico.

Según la Cámara de Comercio de Viena, entre el 6 de noviembre, cuando abrieron los primeros, hasta el 6 de enero, cuando cierra el último, solo los vieneses se dejarán 125 millones de euros en los puestos de artesanía y gastronomía de los mercadillos.

A esa cantidad hay que sumar el gasto de los visitantes de otras regiones de Austria y del extranjero.

“Por la tarde, de lunes a jueves, hay mucha gente local, pero, sin duda, viernes, sábado y domingo hay muchos turistas”, asegura en declaraciones a EFE uno de los responsable de la organización en los puestos de bebidas calientes del mercadillo de Stephansplatz, frente a la catedral de San Esteban.

Eva, una mujer de 70 años que se encarga de un puesto de venta de productos hechos a base de miel, asegura que “este año la temporada es mucho mejor que la del año pasado”, ya que cada vez hay más turistas.

Ante un imponente arco coronado por un gran lazo luminoso, miles de visitantes tratan de abrirse paso en el abarrotado mercadillo en la plaza del Ayuntamiento, otro epicentro del bullicio festivo.

Allí, entre el constante ir y venir de gente, se despliegan más de 150 puestos de productos artesanales, regalos y delicias culinarias, con especial protagonismo de las bebidas calientes que ayudan a combatir el frío invernal.

Además, una pista de hielo serpentea entre árboles iluminados, junto a un carrusel de 12 metros de altura, un tren de renos, un sendero de belenes y una casa de juegos para los más pequeños.

Otro de los mercados más populares es el del Palacio de Schönbrunn, que durante siglos fue la residencia de verano de la dinastía imperial de los Habsburgo.

El imponente paisaje imperial sirve de telón de fondo a la artesanía tradicional hecha a mano y una amplia oferta de ocio que incluye pista de patinaje sobre hielo, pistas de curling, carrusel y noria, además de más de 90 puestos de comida y bebida.

Más allá de los grandes escenarios, Viena reparte el espíritu navideño en mercados con personalidad propia como el de Karlsplatz, el de Freyung, el del Palacio de Belvedere o el de Spittelberg, entre otros.

El primero de estos mercados se remonta a principios del siglo XVIII, aunque no fue hasta 1872 cuando se le comenzó a denominar oficialmente “Christkindlmarkt”, literalmente “mercado del niño Jesús”.

A partir de la década de 1980 al mercado único, en aquel momento en el Ayuntamiento, le surgió competencia en otras ubicaciones, hasta la red de catorce que funcionan este año.

En los últimos años varios mercados de Navidad han sido objeto de ataques islamistas en Alemania y Francia, y el pasado viernes cinco personas fueron detenidas en la región alemana de Baviera por planear un atentado.

Aunque no existen indicios concretos de amenazas relacionadas con los mercados navideños en Austria, el Ministerio del Interior austríaco considera que “el riesgo que representan los agentes con motivaciones islamistas sigue siendo alto en comparación con otros países europeos”.

Por eso, la Policía austríaca ha aumentado su presencia en los espacios públicos, con agentes uniformados, vestidos de civil y con fuerzas especializadas.

“El mandato para todas las direcciones de policía estatales es claro: la gente debe poder celebrar un Adviento seguro y agradable”, dijo el ministro del Interior, Gerhard Karner, en noviembre al inicio de la temporada navideña.

La oferta culinaria de los mercadillos se mantiene fiel a los clásicos centroeuropeos, con castañas asadas, almendras tostadas y especialidades de patata, mientras el ponche y el vino caliente lideran las bebidas más demandadas, seguidos del chocolate caliente y las opciones sin alcohol.

La patronal destaca que los mercadillos son puntos de encuentro social y motores económicos y, pese al actual estancamiento económico en Austria, con tres años de recesión consecutivas, prevé una temporada exitosa con “el interés y el entusiasmo intactos”. EFE

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