¡VOLUNTAD SOBERANA DE TRANSFORMACION DEMOCRATICA!

Nosotros, la democrática Ciudadanía Electora de Honduras exigimos que la Declaratoria de Elección de la Formula Presidencial, la de los Miembros de las Corporaciones Municipales y la de los Diputados: sea el resultado auténtico de la voluntad soberana del pueblo, expresada en las Elecciones Generales de 30 noviembre 2025.
El verdadero resultado de esas Elecciones Generales expresa la decisión soberana del pueblo y constituye el primer paso en el camino que deberemos recorrer los hombres y mujeres – en participación activa como ciudadanía soberana en los asuntos públicos – dando el segundo y siguientes pasos para construir con el nuevo Gobierno 2026 – 2030 y gobiernos sucesivos: una Patria cada vez más más digna, con bienestar y progreso para todos (as) los habitantes y migrantes de Honduras.

Ciudadano Dr. H. Roberto Herrera Cáceres
Desde el siglo XIX, hace alrededor de doscientos años, nuestros próceres, en especial José Cecilio del Valle y Francisco Morazán: nos legaron sus ejemplos de buenos ciudadanos, con sus ideas, comportamientos, obras y logros materializados en bien común del pueblo y aún con los que, en sus épocas de vida, no les fue posible realizar, y que recomendaron hacerlo a las generaciones sucesivas.
La mayoría de esas recomendaciones no se han cumplido todavía. Por ello y por otras causas posteriores que surgieron con el devenir del tiempo y el cambio constante: Honduras se encuentra en la situación actual de falta de verdadera democracia y de inobservancia debida del orden constitucional libremente decidido por el propio pueblo hondureño.
En el pasado como en la actualidad – ante los males públicos y las amenazas crecientes que –por ello- Honduras ha venido experimentando en su entorno nacional y como partes del contexto de Centroamérica, América y del mundo entero: nos ha faltado la iniciativa y el esfuerzo ciudadano solidario para mejorar o cambiar esas situaciones y nos hemos mantenido en las rutinas habituales de cada uno (a), como observadores pasivos de una Honduras totalmente diferente a lo que nosotros esperamos, pero sin hacer nada para que avancemos por el rumbo por todos (as) querido y compartido.
Hoy, al fin, ya se ha comenzado a despertar como lo ha evidenciado con su ético y cívico comportamiento la ciudadanía electora de todas las generaciones del 2025, en ocasión de su voto consciente y responsable en las elecciones primarias y las generales el 30 de noviembre del presente año 2025, para la selección orientada de un Buen Gobierno del Estado de Honduras 2026 – 2030, dedicado a garantizar el respeto y disfrute de la dignidad humana por todos los hondureños (as), su bienestar común y progreso social, en un territorio nacional donde se utilicen racionalmente los recursos naturales, se salvaguarde la diversidad ecológica y el medio ambiente sano.
A contribuir a ese resultado, dirigimos nuestro permanente empeño como escritor y lo evidencian nuestros libros y escritos hasta la fecha, en especial nuestro reciente libro publicado el 25 de enero 2025 “Dignidad y Derechos del Ser Humano en el Planeta Tierra” que, en su motivación y aplicación práctica, en parte, se complementa con la actual Iniciativa de Estrategia Ciudadana ¡Tendamos Puentes de Dignidad Humana!
Estrategia Ciudadana que es un recordatorio debido – individual y común – y una abierta y pluralista exhortación a que todo los (as)hondureños (as) vivifiquemos nuestra conciencia ética y cívica que asimismo debe animar la dignidad igual de todo ser humano, del respeto mutuo y de la solidaridad – entre todos los hondureños y hondureñas – para proteger y promover esa dignidad, buscando el bien común y el mejoramiento progresivo de la calidad de vida y de trabajo de cada hondureño (a), el de nuestras familias, nuestras comunidades municipales y de toda nuestra Honduras, como Patria por todos(as) compartida.
Para lograrlo, todos debemos fortalecer nuestro conocimiento, habilidades, medios, voluntades y confianza en nosotros mismos – como dignos seres humanos –para tomar decisiones informadas y responsables, actuar de manera ética y cívica en nuestra familia, comunidad municipal y nacional; y para ejercer plenamente nuestra soberanía como pueblo, con protagonismo constante e inclusión en la participación ciudadana en la transformación de la realidad municipal y nacional de Honduras.
Hemos evidenciado – en este año – que hemos comenzado a hacerlo ya y que tenemos voluntad para aprender a vivir en democracia viva porque al nos empoderamos de nuestra dignidad humana cobra fuerza e importancia nuestro valor como personas que muy poco se habían apreciado a la luz de su valor universal, así como de nuestra ciudadanía y nacionalidad hondureña, tal como lo dispone nuestra Constitución de la República.
Constitución que es la norma suprema que está en vigor y que ordena actualmente nuestro Estado Democrático de Derecho, cuya superior finalidad es la protección y promoción de la dignidad de cada hondureño y hondureña; y el bien común e individual de nosotros (as): las personas individuales, los hombres y mujeres quienes somos los integrantes del soberano pueblo hondureño que está conformado por todos(as) los(as) habitantes de los 298 municipios de Honduras y todos (as) nuestros (as) migrantes hondureños en cualquier lugar del mundo, en donde se encuentren.
La ausencia de ese conjunto de aspectos ha tenido un papel determinante en el mantenimiento de la injusta y lamentable situación actual en Honduras. Hoy – por el contrario – la actitud y comportamiento de las diversas generaciones del 2025: anuncia el alba viva de la transformación de la realidad que vivimos hacia un orden social de bienestar y progreso para todos (as) como el objetivo superior de todos los ciudadanos (as).
Lo que lograremos hacer con patriotismo constitucional ciudadano y con respeto mutuo a nuestro pluralismo de ideas e intereses. Construiremos así una fortaleza cívica y unión imbatible que no podrá ser derrotada ni vencida y será siempre socialmente exitosa al impulsar y dirigir nuestra conducta personal hacia el solidario logro del respeto y de la promoción de la dignidad humana y del bien común en nuestra Patria Honduras.
Ante las amenazas y desafíos municipales o locales, nacionales, regionales y mundiales, actuales y por venir: esa es la seguridad humana de nuestra fuerza social y de reabastecimiento permanente de la energía vital necesaria para emprender acciones, mantener el esfuerzo y la perseverancia tanto para vencer obstáculos, situaciones o experiencias difíciles que – aunque complejas – constituyen también una oportunidad de crecimiento personal e institucional; así como para controlar y evitar daños o pérdidas a consecuencia de situaciones de riesgo que – en el pasado – percibimos como perjudiciales y fuera de nuestro alcance; y para contribuir al sostenimiento moral y material de nuestra Patria hondureña.
Con el nuevo Gobierno 2026 – 2030 llegará el momento de asumir ese deber de atender, por fin, el llamado normativo de la Constitución de la República de: cumplir, defender y velar porque se cumpla la Constitución, los Tratados internacionales y las leyes; defender la Patria; respetar las autoridades legítimas; y contribuir al sostenimiento moral y material de Honduras. Para ello, importa mucho que nos ayudemos solidariamente entre nosotros(as) mismos a emprender ese nuevo camino, utilizando esos medios y logrando, cada vez más, el constitucional propósito social supremo de progresar constantemente en dignificación humana y vida con bienestar y progreso social, en nuestro Estado y nuestra sociedad.
Tarea primordial actual de todas las generaciones del 2025 y de las sucesivas, con el liderazgo de la juventud, es: aprender y practicar democracia viva en unión solidaria por el bien común e individual; y desaprender y oponerse a vicios autoritarios del pasado.
Mientras seguimos ocupados atendiendo que ello ocurra: hemos también presentado – desde el 10 de diciembre 2025 – una segunda INSTANCIA DE CIUDADANÍA MUNDIAL AL SR. SECRETARIO GENERAL DE LA ONU, SR. ANTÓNIO MANUEL DE OLIVEIRA GUTERRES, planteando la reivindicación por Nosotros, los pueblos de las Naciones Unidas, de: nuestra dignidad y derechos humanos como propósito supremo o finalidad superior de las normas contenidas en la Carta de la ONU, Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) e instrumentos internacionales complementarios; y la consiguiente obligación imperativa de la ONU de hacer un reordenamiento mundial que reconozca expresamente la superior posición jerárquica de la Dignidad Humana y los Derechos de los pueblos de las Naciones Unidas en el quehacer cotidiano de esa organización internacional y de los gobiernos de sus Estados miembros por la democracia real que proclaman y garantizan en sus respectivos Estados de Derecho.
¡COMENCEMOS SOLIDARIAMENTE A TRANSFORMAR HONDURAS, DESDE YA!



