*** Según Ochoa, el reto para Honduras está en ofrecer alternativas más competitivas y atractivas para su propia población, evitando que el gasto vacacional se desplace fuera del país.
La jefa de la carrera de Banca y Finanzas de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Nancy Ochoa, analizó el impacto económico del flujo de hondureños que aprovecharon el Feriado Morazánico para viajar a países vecinos, principalmente a El Salvador, y advirtió que este fenómeno implica un “traslado de gasto doméstico hacia otro país”, pero el porcentaje actual no debe generar alarma, la preocupación radica en el crecimiento constante del número de viajeros que deciden consumir fuera del país.
Según la especialista, datos preliminares proporcionados por el director del Instituto Nacional de Migración indican que alrededor de 37,000 personas salieron de Honduras durante el feriado, una cifra que representa entre el 4 y 4.5 por ciento de una movilidad total proyectada de entre 800,000 y 1.2 millones de personas.
“Significa que estas personas dejaron de consumir y trasladaron el gasto doméstico hacia otro país”, explicó Ochoa a Hondudiario, y recalcó que, aunque el impacto inmediato no es grave, la tendencia creciente “debería ser motivo de atención”.

Drenaje de recursos locales
Ochoa subrayó que el fenómeno tiene consecuencias directas sobre la demanda interna, ya que “es dinero que los restaurantes, los hoteles y los pequeños emprendedores no recibieron durante el periodo”, y un 4 por ciento puede parecer marginal en términos macroeconómicos, pero “cada año va incrementando”, lo que podría derivar en un drenaje de recursos locales si no se toman medidas a tiempo para fortalecer la competitividad turística interna.
De acuerdo con estimaciones de años anteriores, cada viajero hondureño que visita El Salvador gasta en promedio entre 100 y 115 dólares, lo que el año pasado representó cerca de 12 millones de dólares para ese país, con un flujo aproximado de 3,000 viajeros diarios. Ochoa proyectó que, al haberse duplicado el número de visitantes en 2025, “probablemente la cifra sea mucho mayor”, calculando que entre 16 y 18 millones de dólares se dejaron de consumir en el territorio nacional durante el feriado.
En su valoración, la economista consideró que el aumento en los desplazamientos hacia el extranjero no se debe a deficiencias en infraestructura, sino a una pérdida de competitividad por precios y estrategias de mercadeo.
“Honduras tiene todo, El Salvador no tiene todo. Tenemos dos océanos, turismo de montaña y una oferta diversa. Lo que ha hecho falta es una estrategia de mercadeo fuerte”, puntualizó, al reconocer que el país vecino “detectó una oportunidad de negocio que está aprovechando”.
El Salvador seguirá aprovechando
Ochoa lamentó que, en materia de precios, los destinos hondureños se han vuelto inaccesibles para buena parte de la población, ya que “si usted compara el precio de los hoteles” en Islas de la Bahía, Roatán, Útila o la zona norte, “son precios inalcanzables para muchos hondureños”, mientras El Salvador ofrece paquetes accesibles, “inevitablemente la gente opta por viajar al extranjero, aunque deba comprar divisas”.
“El Salvador aprovechó y va a seguir aprovechando”, subrayó, pues para ese país “37,000 turistas hondureños representan una cantidad significativa” por su tamaño territorial y por el impacto directo en su economía. Según Ochoa, el reto para Honduras está en ofrecer alternativas más competitivas y atractivas para su propia población, evitando que el gasto vacacional se desplace fuera del país.
La académica destacó además que la situación se da en un contexto de desaceleración en la actividad turística interna y revisando los datos del Banco Central, en el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) “la línea de hoteles y restaurantes muestra una contribución negativa a junio”, lo que indica que la demanda en ese sector “ha caído” en comparación con años anteriores.
“¿Por qué ha caído la demanda o el consumo interno justamente en esa actividad económica? Por los precios, la relación precio”, reiteró Ochoa, debido a que el poder adquisitivo de los hondureños se ha visto limitado por factores como la inflación, la devaluación y el bajo crecimiento del ingreso per cápita. En su amplio análisis, estos elementos reducen la capacidad de consumo interno y desalientan el turismo nacional.
La experta sostuvo que no toda la responsabilidad recae en el Estado, sino también en el sector privado “tienen su cuota de responsabilidad”, que no quieren generar las oportunidades que les implique “mayor demanda”.
La economista llamó al sector turístico a “poner los pies sobre la tierra” y reconocer que los hondureños enfrentan limitaciones reales de ingreso. Consideró que el país necesita una estrategia de mercadeo sostenida y una oferta más inclusiva, capaz de retener el gasto nacional. OB/Hondudiario