lunes, noviembre 10, 2025
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Continúa la invasión de tierras en Trujillo, Santa Fe y Tela, ante indiferencia del Gobierno

Tegucigalpa, Honduras

*** En los últimos meses ha ocurrido una «escalada» de invasiones de tierras en las zonas turísticas de Trujillo, Santa Fe y Tela, promovida por dirigentes o líderes de la OFRANEH, donde autoridades del Gobierno no han actuado, evidenciando una total indiferencia para que se aplique el respeto a la propiedad y se cumplan las garantías jurídicas.

Grupos garífunas, integrados a la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), con el apoyo de líderes y dirigentes militantes en el partido LIBRE, continúan haciendo invasiones de tierras y propiedades que pertenecientes a inversionistas privados en la ciudad de Trujillo, Santa Fe y Tela.

Este fin de semana, trascendió que las invasiones en la ciudad de Trujillo, personas organizadas iniciaron la invasión de un terreno propiedad del señor Richard Machen, ubicado en la Colonia 19 de Abril, contiguo al Estadio de Fútbol, de esa ciudad.

Esta situación se suma a otras invasiones ocurridas en la ciudad de Trujillo, Santa Fe y Tela (Triunfo de la Cruz), donde grupos organizados, pertenecientes a OFRANEH, se han apoderado de tierras y propiedades pertenecientes a inversionistas nacionales y extranjeros, a quienes se les ha violentado el derecho a la propiedad, violentando además la seguridad jurídica.

En las recientes invasiones, estas organizaciones han colocado las bandera Nacional, la de OFRANEH y la del partido Libre, confirmando su vínculo con dirigentes políticos y del gobierno que se han mostrado indiferentes para atender las demandas de los propietarios de las tierras y propiedades.

Para el caso, los representantes de las dependencias gubernamentales y las autoridades locales, con la indiferencia están alentado a los invasores que se empoderen de las propiedades de los inversionistas y dueños de los terrenos.

Desde el mes pasado, los invasores se instalaron en propiedades de inversionistas extranjeros, cuyos residentes y propietarios, han presentado denuncias y reclamos formales, para tratar el tema, donde se afectan directamente a más de mil jubilados extranjeros, que invirtieron en construcciones o residencias de retiro o de vacaciones anuales.

Hay casi mil (1,000) de estas personas en el área de la Bahía de Trujillo que se sienten impotentes, por la indiferencia a sus peticiones o porque no tienen ninguna respuesta a sus quejas legales, provocando incertidumbre e inseguridad entre todos los inversionistas y turistas nacionales e internacionales

La actual ola de invasiones, liderada por la organización OFRANEH, se ha dirigido específicamente a las propiedades cuyos propietarios estaban ausentes y menos capaces de defenderse: jubilados y vacacionistas sin los medios políticos o financieros individuales para defenderse. Estas acciones han creado miedo, parálisis y profunda frustración entre quienes se establecieron en Trujillo con confianza en el sistema legal, lo mismo está ocurriendo en comunidades de Tela.

Muchos de los extranjeros que están siendo afectados, con las expropiación de sus tierras o propiedades iniciaron sus inversiones hace unos 30 años, amparados en las políticas y garantías gubernamentales establecidas en el Decreto 90-90, que les otorgaba incentivos a la inversión turística, en esas zonas designadas para el desarrollo turístico y la promesa para obtener la ciudadanía por inversión con el fin de atraer más inversión extranjera en la bahía de Trujillo.

Para el caso, uno de los proyectos, se inició con el desarrollo residencial en 700 hectáreas, donde se inauguró un puerto de cruceros, allí se completaron aproximadamente 20 hectáreas de atracciones turísticas y se pusieron en marcha diversas actividades relacionadas con el turismo.

El plan de desarrollo se extendió como parte de integración de la población de la zona, la participación económica directa de organizaciones comunitarias locales, entre ellas la Asociación Garífuna de Crystales y Río Negro, donde ahora la OFRAEH alega derechos de propiedad, sin que las autoridades gubernamentales intervengan para evitar el proceso legal y penal.

En esa zona, amparados en ese plan de desarrollo, se atrajo inversionistas en proyectos como Eco-Beach Resort, NJOI Trujillo y Santa Fe, Moraya y Banana Beach Resort, entre otros proyectos planificados, incluyendo Beyebu Investments, las operaciones de corretaje de RE/MAX en el extranjero y Caravida, pero varias de estas propiedades han sido objeto de invasiones ilegales, ocupación o amenazas constantes, lo que ha provocado la suspensión de las actividades de desarrollo.

El problema sigue sin resolverse y no se sabe el porqué la Procuraduría General de República (PGR), desde su lado a la parte de los tribunales competentes están guardando silencio, considerando que en algunos casos se habló que harían compensaciones por las invasiones.

Por estas invasiones, se ha intensificado la incertidumbre y la inseguridad en Trujillo, donde prácticamente está afectando el Turismo y generando pérdidas económicas a miles de comerciantes, pequeños, medianos y grandes.

Existe un contexto histórico sobre los reclamos de propiedad de las tierras garífunas en Trujillo, cuyos antecedentes se describen aquí:

La Feria Mundial de 1876 presentó el banano al público estadounidense, lanzando el enorme comercio de banano de México y Centroamérica que continúa en la actualidad. Dos empresas que jugaron un papel decisivo en Trujillo fueron The Standard Fruit Company (actualmente conocida como Dole) y The United Fruit Company (actualmente conocida como Chiquita). Standard Fruit era el productor dominante, y United Fruit era propietaria del ferrocarril conocido como Truxillo Railroad.

El tema de las Reclamaciones de Tierras nació en un intento de atraer una fuerza laboral significativa para apoyar el comercio del banano a través de las Concesiones de Tierras ofrecidas por el Gobierno de Honduras.

Eventos

1902 – El presidente Manuel Bonilla otorgó 7.000 hectáreas (ha) de tierra a la comunidad garífuna de Crystales y Río Negro. Tenemos una copia certificada de la concesión de tierras original para verificar esto.

– 5.000ha se ubicó al oeste de Trujillo entre el río Crystales y el río Mahoguay definiendo las fronteras Este y Oeste, la frontera Norte comienza en el inicio de las montañas. La frontera sur, en la parte superior de la montaña, no se definió hasta más tarde, pero se aceptó generalmente que la frontera estaría marcada, por lo que el área abarcaría 5.000 ha.

– Se localizaron 2.000ha en las márgenes oeste y sur de la laguna de Guaimoreto.

Ambos títulos estaban debidamente inscriptos en el Registro de la Propiedad de Honduras (PI local e INA Nacional).

– Se otorgaron 1.500 hectáreas en virtud de un acuerdo separado para las tierras de Castillo, que incluían la península, continuando alrededor del interior de la bahía más allá de la actual Casa Kiwi.

 NOTA: Ninguna de estas concesiones de tierras incluye ninguna propiedad entre la carretera costera de Trujillo a Santa Fe y el Mar Caribe, todas las concesiones de tierras están en el Municipio de Trujillo, y no existen concesiones de tierras en el Municipio de Santa Fe.

1910 – 1912 Concesión de derecho de vía otorgada a la United Fruit Company para líneas ferroviarias que agilicen el transporte entre las plantaciones y Trujillo. Las concesiones incluían títulos de propiedad a lo largo de la costa de la Bahía de Trujillo por debajo de la frontera norte de la tierra garífuna hasta el Mar Caribe, a lo largo de la costa atlántica hasta el Valle de Sica, y tierra adentro desde Trujillo pasando por Tacoa y Saba hasta Orlanchito (actualmente carretera CA13).

1934 – Se definió la frontera sur de la tierra entre el Río Crystales y el Río Mahoguay y se creó un mapa que abarcaba aproximadamente 1.000 ha en lugar de las 5.000 ha prometidas originalmente. El título fue registrado a nombre de la Asociación Comunitaria Garífuna de Crystales y Río Negro y la Comunidad Garífuna aceptó el título y asumió el control de esas tierras bajo protesta, dejando alrededor de 4.000 hectáreas sin contabilizar. En esta época se estableció la Base Naval de Castilla. Los garífunas que vivían en la propiedad naval fueron reubicados con 2 escuelas y 2 centros culturales construidos como compensación por la reubicación.

1942 La industria bananera se desploma debido a la Segunda Guerra Mundial. La United Fruit cesó sus operaciones en Honduras, trasladando todos los activos (incluidas las vías férreas y el equipo) a Costa Rica y México, formando la Chiquita Banana Company. Sus activos de tierra en la zona fueron transferidos a cada uno de los municipios respectivos con la condición de que cualquier persona, incluidos los garífunas, que actualmente vivía dentro de los límites de la propiedad, recibiera la propiedad. De esta transacción nació Campamento y otros propietarios existentes obtuvieron el título de propiedad de la tierra.

En 1978,  el gobierno hondureño expropió las 1.500 hectáreas de Castillo, incluida la península, a excepción de aproximadamente 70 hectáreas a lo largo de la bahía interior, para establecer el puerto de contenedores de Puerto Castillo. Hasta la fecha no se ha recibido ninguna indemnización por esta expropiación.

En 1992 se formó el Bosque Nacional Capiro Calentura. El límite de este parque comenzaba en la línea sur de la propiedad de las tierras registradas a nombre de la Asociación de Crystales y Río Negro y continuaba sobre las montañas hasta el otro lado. Esto efectivamente bloqueó todas las fronteras de la tierra garífuna al oeste de Trujillo. Las fronteras este y oeste definidas por los ríos Crystales y Mahoguay, con los límites norte y sur definidos por el derecho de paso de la carretera costera y el nuevo Parque Forestal Nacional, eliminaron efectivamente cualquier oportunidad de agregar tierras de la montaña, propiedad del estado, para cumplir con la concesión original de 5.000 hectáreas.

1993 La comunidad de Crystales y Río Negro recibió aproximadamente 2.500 hectáreas de tierra en las orillas norte y este de la laguna de Guaimoreto, vista por los garífunas como una transacción separada no relacionada con la concesión original de la tierra.

Estado actual

El problema sigue pendiente a pesar de los intentos de resolverlo. Surgen preguntas considerando las 7.000 hectáreas prometidas originalmente, y un total de 7.000 hectáreas se han registrado en la Comunidad de Crystales y Río Negro, pero incluyen 1.500 hectáreas y 2.500 hectáreas de subvenciones separadas.

Las reclamaciones surgen de la Comunidad de Crystales y Río Negro considerando que las concesiones de tierras de 5.000 ha entre los dos ríos suman aproximadamente 1.000 ha, y aproximadamente 1.500 ha en Castilla fueron expropiadas sin compensación.

Dependiendo de la documentación adicional que se pueda obtener para verificar, hay 5.500 hectáreas de reclamaciones legítimas, o 1.500 hectáreas de expropiación sin reclamaciones de indemnización si todas las concesiones de tierras se derivan de la promesa original.

Todas las áreas de tierra anteriores han sido redondeadas, pero son representativas del total de la reclamación de tierras. MO/hondudiario 

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