lunes, noviembre 17, 2025
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Madrid despide a la NFL tras un breve e intenso romance

Tegucigalpa, Honduras

*** La Plaza de España, que a lo largo de varios días ha estado decorada con los colores de los Miami Dolphins al instalarse allí la “fan zone” del equipo de Florida, ha vuelto a la calma y el sosiego.

Horas después de que la NFL concluyese su paso por Madrid con la disputa de su primer partido oficial en España, entre los Miami Dolphins y los Washington Commanders en el estadio Santiago Bernabéu, la ciudad comienza a despertar del hechizo al que durante una semana le ha sometido la magia de una de las competiciones deportivas más importantes del mundo.

La Plaza de España, que a lo largo de varios días ha estado decorada con los colores de los Miami Dolphins al instalarse allí la “fan zone” del equipo de Florida, ha vuelto a la calma y el sosiego y por las calles apenas se ven este lunes algunos aficionados rezagados con el escudo de los Commanders en sudaderas por la zona, quizás aprovechando el viaje que han hecho para ver el partido.

Ese ha sido uno de los grandes hitos de la fiesta en el feudo del Real Madrid, la gran afluencia de gente venida de fuera, no solo de Estados Unidos para animar en directo a los suyos, sino del resto de Europa y de otras partes de España hasta poblar las gradas con 78.610 espectadores, quinientos más que en el último “Clásico” disputado el 26 de octubre.

Todos ellos se fueron con la percepción de haber vivido algo único, más o menos divertido, porque el fútbol americano no es un deporte apto para todos los paladares, pero único. Porque junto al espectáculo deportivo se vivió otro paralelo; con los himnos, con el concierto del descanso, con los fuegos artificiales, con la previa en los alrededores… la NFL quiso montar una “Mini Super Bowl”; y lo consiguió.

Con el paso de los días llegarán los datos económicos, que servirán para justificar o no la incursión de la liga de fútbol americano en este nuevo mercado, pero, a la espera de ellos, la sensación que queda es que los que mandan, los periodistas desplazados o los exjugadores han acabado encantados con lo que han visto.

Basta con darse un paseo por las redes sociales para leer infinidad de comentarios elogiosos hacia el estadio Santiago Bernabéu, al que catalogan como un recinto igual o mejor que los grandes coliseos del deporte estadounidense. O con escuchar lo que dijo el comisionado Roger Goodell en la previa a EFE, antes de garantizar que volverían a España: “Significa mucho jugar en este estadio. Es un estadio de clase mundial, quizás el mejor del mundo. Es un honor jugar aquí, pero también acercarnos a esta comunidad, estar en este país, estar aquí en Madrid. Es un gran lugar para jugar a este deporte. Es bueno para nuestros equipos y nuestros aficionados”.

Lo del domingo fue, sin embargo, solo la guinda a casi una semana de celebración colectiva; con Madrid narcotizada por el “american way of life”, con los entrenamientos de los dos equipos en el Metropolitano y en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, con cascos gigantes en la puerta del Palacio de Cibeles, con “meninas” decoradas con los colores de los equipos, con partidos en el estadio de Vallehermoso, con un autobús turístico personalizado, con eventos para fans en bares de la ciudad, con encuentros institucionales, con una tienda oficial “pop-up”, con clínics para niños… para bien o para mal, la NFL y sus equipos no hacen las cosas a medias.

Ni siquiera la lluvia, que no ha respetado en los días más cercanos al evento en las que han sido una de las fechas más en las que más agua ha caído en tiempos recientes, ha ahogado la ilusión. Con la sensación de que hay cosas que mejorar -las colas kilométricas para acceder principalmente, aunque debidas a las grandes medidas de seguridad-, el balance global parece satifactorio para todas las partes. Queda por ver si lo suficiente para que algo así vuelva a repetirse. EFE

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