Mensaje pluralista a la Ciudadanía Electora para el 30 de noviembre: ¡VOTEMOS POR RESULTADOS DE BIEN COMÚN!
Ciudadano, Dr. H. Roberto Herrera Cáceres
Ombudsman de Honduras, período 2014 – 2020
CIUDADANAS Y CIUDADANOS ELECTORES: VAYAMOS DIGNA Y RESPONSABLEMENTE A VOTAR. Es nuestro derecho y, en democracia pluralista, es nuestra responsabilidad activa de elegir representantes nuestros que conduzcan la dirección política del país, conforme a lo que prescribe y ordena la Constitución de la República; y así contribuir al bienestar de nuestra sociedad y al buen funcionamiento del Estado hondureño.
Vayamos todos (as) a ejercer nuestro deber y derecho al sufragio; y nuestra función pública de depositar nuestro voto en democracia pluralista y Estado de Derecho. Esa es la más importante cita histórica – en unión por la transformación con dignidad – a que concurriremos las presentes generaciones del 2025 como solidaria ciudadanía electora de jóvenes, adultos y adultos mayores, en representación de todo el pueblo hondureño.
VOTEMOS POR LA TRANSFORMACIÓN MUNICIPAL Y NACIONAL DE HONDURAS:
Tu voto en las elecciones generales es la llave maestra que abrirá esa puerta hacia la transformación, por donde entraremos todas y todos, Nosotros el Pueblo Soberano: para hacerla realidad de bienestar general y progreso social, por medio de la participación productiva en el desarrollo integral sostenible de nuestra Patria Honduras
EL VOTO MEDITADO, CONSCIENTE Y RESPONSABLE, EN HONDURAS
El depósito del voto meditado, consciente y responsable constituye, a la vez, un derecho fundamental y una función pública extraordinaria. Quienes acuden a las urnas tienen la posibilidad de elegir representantes honestos y honrados; competentes y capacitados en los asuntos públicos que sepan actuar en favor del bien común de toda la gente, sin excepción.
Optar por candidaturas de personas, honestas, honradas, capaces y competentes es esencial para avanzar en la superación de la pobreza y el subdesarrollo, así como para lograr mejoras concretas en la calidad de vida y en las condiciones de trabajo de la población hondureña.
La transformación nacional se inicia desde las personas y familias en los municipios, donde tiene sus raíces el Estado y donde el voto responsable se convierte en un instrumento clave para impulsar el cambio social, cultural, económico, político y medioambiental de Honduras. Así, mediante la informada participación ciudadana en los asuntos públicos, es posible construir una nación más justa, digna y próspera para todas las personas.
Votar meditada, consciente y responsablemente es tanto un derecho, como la función pública de seleccionar candidatos (as) honestos y honrados; competentes y capaces que nos representen y actúen en los asuntos públicos teniendo la dignidad humana como centro y suprema finalidad – desde las comunidades municipales y en todo el territorio nacional – para superar la actual situación de pobreza y subdesarrollo; mejorar significativamente la calidad de vida y de trabajo de la gente; y transformar Honduras.
Transformar Honduras es un acto político y un deber jurídico de la mayor importancia y apremio nacional ante una injusta e indignante situación de pobreza nacional y de subdesarrollo que es tierra fértil para el crecimiento de la mala hierba como la corrupción, el crimen organizado, la impunidad, inseguridad y otros males públicos.
Situación de indignidad humana que es contraria a nuestro proclamado y formal Estado Democrático y Social de Derecho, por lo cual sociedad y Estado debemos vencerla con políticas públicas y acciones en favor de la vida y el bienestar común de todo el pueblo, así como con la prevención, control y sanción de la corrupción, en todos los ámbitos, en particular en lo relativo al ejercicio de competencias públicas por parte de nuestros representantes en el funcionamiento del Estado.
En resumen, pensemos bien por quienes vamos a votar; y si esas personas reúnen las condiciones necesarias para: asegurar el respeto a tu dignidad humana, al de tu familia y de la comunidad municipal en donde vivimos y en nuestra sociedad nacional; fomentar el desarrollo sostenible municipal y nacional; y afirmar y dar prestigio y renombre a nuestra nacionalidad hondureña.
Con tu voto meditado, consciente y responsable: podremos reivindicar nuestro derecho a que se realice la esperanza de concretar la transformación de Honduras para que podamos disfrutar de bienestar y progreso local y nacional.
Tendamos puentes de dignidad humana y construyamos la Honduras de dignidad humana y bien común, a que tenemos derecho y que siempre hemos esperado con fe ética y cívica; y patriotismo constitucional.
Doña Paula, una digna abuela de la tercera edad. Doña Paula, una mujer de 72 años, tejió una cinta verde con el nombre de sus nietos. La colgó en la entrada de su casa en Intibucá. ‘Ellos merecen un país digno’, dijo. El 30 de noviembre votará con esperanza, portando su estandarte invisible: su dignidad humana.
Luis, el joven que decidió no vender su voto. Luis tiene 19 años. Le ofrecieron 1500 lempiras por su voto. Pero él recordó las palabras de su abuela: ‘La dignidad no se vende’. Esa tarde, escribió en su libreta: ‘Mi voto es mi voz. Y yo no tengo precio”.
El mural de los niños en Yoro. Un grupo de niños pintó un mural frente a la escuela: árboles, montañas y un gran estandarte verde con la palabra ‘Esperanza’. La maestra les preguntó por qué. Uno dijo: “Es que Honduras también es nuestra, profe.”
Carlos, el albañil que despertó al barrio. Carlos nunca ha sido político. Pero hoy imprimió 50 afiches con el siguiente mensaje: ¿Ya pensaste bien por quien y por qué vas a votar? Pegó esos afiches en postes y tiendas. El domingo, ha dicho que irá a votar por el bien común en su Patria Honduras.
El estandarte que no es de apariencia: es de conciencia y espíritu nacional. En La Esperanza, una joven madre colgó en Facebook una foto de su hija con una hoja que decía: ‘Yo voto por hacer realidad mi esperanza’. No tenía estandarte, pero su mensaje de dignidad humana y bienestar lo era todo. Se volvió viral.
