*** Bajo cuatro metros de tierra, los arqueólogos han rescatado más de cinco mil figuras de terracota.
Un grupo de periodistas internacionales recorrió la fascinante provincia de Jiangsu, y con eso la zona arqueológica de Xuzhou, descubriendo los secretos de esta maravilla cultural que resguarda el legado de la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.).
El área escénica de la cultura Han de Xuzhou es un complejo turístico que sumerge a los visitantes en la grandeza de una civilización que marcó la historia de China. Entre sus joyas se encuentra el Mausoleo de Han, donde yacen los restos de nobles y funcionarios, rodeados por figuras de terracota, objetos de jade y bronce, testigos de un esplendor que desafía el tiempo.
Bajo cuatro metros de tierra, los arqueólogos han rescatado más de cinco mil figuras de terracota, soldados que, a pesar de su menor tamaño en comparación con los de Xi’an, exhiben una riqueza de detalles asombrosa. De apenas 40 centímetros, cada uno de estos guerreros posee una expresión facial única, como si en su mirada petrificada guardaran los secretos de la antigua corte Han.
Muchas figuras estaban agrietadas por el peso de los siglos y, al ser desenterradas, su color original (tonalidades de rojo, blanco y negro) se desvaneció en cuestión de segundos debido a la oxidación. Sin embargo, su esencia sigue intacta, resguardada en grandes instalaciones protegidas por cristal.
Los soldados de Xuzhou no solo representan guerreros, sino también reflejan la compleja estructura social de la dinastía Han. Entre ellos se encuentran arqueros, jinetes, sirvientes y hasta bailarines, una composición que revela la vida en la corte y la importancia de la jerarquía en el más allá, donde cada noble debía ser acompañado por su séquito.
La visita llevó al grupo de periodistas hasta el Museo de Xuzhou, donde se expone este ejército en miniatura. Allí, expertos explicaron la evolución de la cerámica en la dinastía Han, destacando las diferencias con los guerreros de Qin. A diferencia de estos últimos, de tamaño real y uniformes en su apariencia, los soldados Han muestran una diversidad de vestimentas, peinados y gestos que humanizan su presencia.
Pero la historia no solo se observa, también se vive. En el área escénica, los visitantes pueden sumergirse en la cultura Han a través de experiencias interactivas: desde talleres de caligrafía y espectáculos de danza, la posibilidad de vestir trajes tradicionales y participar en rituales antiguos y practicar el tiro con arco.
Aunque menos conocidos que los de Xi’an, los ejércitos de terracota de Xuzhou representan una ventana invaluable al pasado. Su descubrimiento ha permitido comprender no solo la estructura militar de la época, sino también sus creencias espirituales y la relación entre el mundo terrenal y el más allá.
Los arqueólogos continúan trabajando en el sitio, convencidos de que aún quedan secretos por desenterrar. Cada fragmento hallado es una pieza del rompecabezas de la historia china, un testimonio silencioso de una dinastía que sigue escribiendo su legado desde la profundidad de la tierra y que el grupo de periodistas tuvo la valiosa oportunidad de conocer.
Para los periodistas que visitaron Xuzhou, la experiencia fue mucho más que un recorrido arqueológico: fue un viaje en el tiempo, un encuentro con un ejército de terracotas, a pesar de los siglos, sigue en pie, custodiando los recuerdos de una era dorada. OB/Hondudiario