El Salvador de Honduras
Por: René Raudales
El comentarista deportivo Salvador Nasralla, para enfrentar las últimas elecciones del año 2022, fundó una nueva institución política cuyo nombre Partido Salvador de Honduras (PSN) inducía a los electores a pensar que su fin era la salvación del país y el rescate de la nación de un gobierno marcado por corrupción y calificado como dictadura derivada de la ilegal reelección.
Los resultados del nuevo partido (PSN) se pueden calificar de exitosos al haber alcanzado diez diputados en el congreso nacional a pesar que el candidato Nasralla se integró como candidato a designado presidencial en las planillas del partido LIBRE dejando en el abandono a su propio partido. Este exitoso resultado electoral se debe a la imagen que presentaban los candidatos del PSN e indirectamente a que al candidato Nasralla no se le ha calificado de actos de corrupción y por tanto su mensaje de anticorrupción ha tenido respaldo entre la población.
Es evidente que la acción de abandonar su propio partido se debió principalmente a sus fantasías y ambición de convertirse en el poder que controlara el poder legislativo y además ser un vicepresidente que gobernaría paritariamente con la nueva titular del ejecutivo. Esta imagen de poder solo demuestra dos cosas básicas: primero la ambición extrema de Nasralla de convertirse en una figura descollante al que se le daría pleitesía y que le tenderían la alfombra roja por donde pasara; ya en una ocasión hace varios años, y ante la solicitud de entrevista de un reconocido periodista, le respondió que debía solicitar audiencia pues estaba hablando ante el nuevo presidente electo.
En segundo lugar hay que destacar la miopía e ignorancia en el tema político, especialmente la que predomina en nuestro medio que le llegó a creer ingenuamente en las ofertas y promesas que le hicieran los poderes del partido LIBRE y por tanto creer en su fantasía que sería la encarnación de la salvación de Honduras. Esas ambiciones personales no le detuvieron para negociar hasta con el diablo y con figuras a las que había acusado de acciones criminales.
La ingenuidad ya era evidente cuando externaba declaraciones con falso o ningún fundamento, que le transmitían algunos de sus seguidores, y que solo buscaban utilizarlo para sus objetivos particulares; a eso habrá que sumarle su ignorancia sobre el conocimiento del funcionamiento y administración del Estado que es una compleja gama de leyes, procedimientos, y estructuras.
La ambición de Nasralla por obtener la presidencia del congreso nacional, en base al pacto de coalición para ganar las elecciones, llegó al extremo de aceptar una elección ilegal en donde se nombrara a Luis Redondo, miembro del partido PSN, como presidente del congreso nacional y que además es parte de dicha ilegalidad su esposa, que como diputada proveniente del PSN, fuera nombrada V Vicepresidente del congreso; a eso hay que sumar la otra diputada del PSN Fátima Mena que también fue nombrada VI Vicepresidente de ese congreso.
Pero no le ha importó la ilegalidad del proceso lo que era trascendental para él era obtener los objetivos que buscaba y llegar, en su visión, a ser “vicepresidente” el país y cogobernar, sin saber que sería un simple designado cuyas funciones o la falta de ellas depende de las decisiones del titular del ejecutivo.
Todas esas decisiones lo convierten en parte y corresponsable de las acciones de este gobierno y aunque le haya salido “pirujo” el nombramiento de la presidencia del congreso es de resaltar que fue su acción y su desatino lo que produjo ese resultado y por ende el manejo y control de la agenda del poder legislativo.
Esa agenda del congreso nacional está ahora conduciendo al país a un camino peligros en términos de presupuestos con altos gastos, el uso de las reservas del banco central para sufragar gastos, posturas populistas y peor aún una refundación que significa la derogación de la constitución y el establecimiento de nuevas normas jurídicas que son el camino de la creación de otra Venezuela cuyos resultados serán catastróficos para Honduras que no tiene los recurso que ha poseído ese país sudamericano.
Venezuela ha llegado a una extrema pobreza y a graves carestías a pesar de sus riquezas naturales con reservas de petróleo que lo coloca como primero a nivel mundial con participación del 18% de todo el recurso global y es además es el octavo en el ranking mundial en reservas de gas natural con 197.1 billones de pies cúbicos. ¿Qué sería de Honduras que no posee esas riquezas?
De todas esas acciones el designado presidencial Salvador Nasralla tiene plena una amplia responsabilidad histórica por cuanto él ha contribuido directamente a la actual situación de cosas y de las cuales no puede desligarse o distanciarse a pesar de las declaraciones y advertencias, qué sobre la refundación, ha emitido recientemente. ¿Será que hasta ahora se dio cuenta de las intenciones de los actuales gobernantes sobre la constituyente?, de ser así solo se puede confirmar su torpeza política y si por el contrario ya conocía de esta intención pues la obligada conclusión es la victoria de la ambición personal de Nasralla sobre el interés y futuro de la nación.
Como está el panorama solo queda tratar de salvar al país de una tragedia, será la hora de saber si Nasralla hace honor a su eslogan de “Salvador de Honduras” o si por el contrario habrá que modificarle el nombre por el de “Homicida de Honduras. R. Raudales
